Juanfran, el enorme lateral izquierdo que pasó a la historia con el Levante UD

Justo debajo del Puente de Madera (el paso peatonal que permite cruzar el cauce del río Turia desde la calle Conde de Trenor a la vieja estación del Trenet) se encuentra el campo de la Escuela de Fútbol Base del CD Serranos, un equipo mítico de Valencia fundado en 1977 por el inolvidable Pipo Arnau. El objetivo de la entidad siempre ha sido el mismo: Formar (humana y deportivamente) a sus niños y niñas en la práctica del balompié. Y a fe que en estos casi cincuenta años de vida lo ha logrado con nota. Y no solo eso. De sus filas han salido chavales que, además de convertirse en futbolistas profesionales, han alcanzado éxitos inimaginables. Y para muestra un botón: Juanfran, uno de los mejores jugadores de la historia del Levante UD, llegó al club de Orriols desde esta modélica entidad a la que da nombre el maravilloso monumento medieval que queda a menos de cien metros de su recinto deportivo.

Este valenciano del cap i casal no tardó nada en demostrar al club azulgrana que su paso por las categorías inferiores iba a ser efímero y que había llegado a Orriols con la intención de ser parte del primer equipo de manera inmediata. Y José Enrique Díaz, el técnico que dirigió aquella campaña 1993/94 al once granota, decidió hacerle debutar en el partido de la Segunda División B que enfrentó a los azulgranas con el Hospitalet el 5 de diciembre de 1993. Mediada la segunda parte Juanfran (que aquel día llevaba el 15 a la espalda) sustituyó a su compañero Torres y entró en la historia del club decano de la Comunidad Valenciana con sólo 17 años, 5 meses y 10 días. Y aunque su debut fue un tanto amargo (el partido se perdió 0 a 2) enseguida comprendió que en aquel Levante (inmerso en los años del cemento, una de las etapas más difíciles de su historia) los éxitos no eran nada fáciles y únicamente podían lograrse con el esfuerzo y la unión de todos.

Esta primera etapa de Juanfran en el Levante UD abarcó cuatro campañas (de 1993 a 1997), las tres primeras en la división de bronce y la última en la de plata. Para lograr el ascenso a Segunda División hubo que esperar tres cursos. En el primero no se pudo lograr ni bajo las órdenes de José Enrique Díaz ni de las de Jordi Gonzalvo. En el segundo (pese al mítico récord de las 13 Victorias Consecutivas con el entrenador Juande Ramos) tampoco, el infausto ecijazo de la promoción de ascenso lo impidió. Y, finalmente, a la tercera, con el míster Carlos Simón, fue la vencida. Por cierto, una curiosidad que, probablemente, no conozca mucha gente. En sus primeros años con el Levante Juanfran jugaba de delantero centro. Su reconversión al puesto que le consagró llegó, precisamente, de la mano del técnico de Enguera. En un partido de aquella temporada el lateral izquierdo Fael se lesionó, Juanfran dijo que se veía capacitado para ocupar su puesto, Carlos Simón le dio el beneplácito y con aquella demarcación se quedó para el resto de su carrera deportiva. La campaña 1996/97 en Segunda fue la de su consagración. Bajo las órdenes del entrenador Mané explotó de manera excelsa y al acabar aquel curso el Valencia CF le fichó como jugador blanco.

Comenzó así un largo periplo (de casi una docena de años) por clubes españoles y europeos donde acumuló numerosos éxitos. Tras dos años en el conjunto che pasó cuatro y medio en el Celta de Vigo donde alcanzó su mejor nivel (lo que le valió jugar como titular el Mundial de Corea y Japón de 2002). Después formó parte del Besiktas turco, del Ajax de Amsterdam, del Zaragoza (de vuelta en España) y, durante, una campaña y media, del AEK griego. Y fue en tierras helenas donde, a mediados de su segunda campaña, en la 2009/10, regresó cedido al Levante UD. Durante este prolongado paréntesis como granota su palmarés deportivo engordó de manera espectacular. Fue campeón de la Copa del Rey con el Valencia, campeón de la Copa y la Supercopa de Holanda con el Ajax y logró también la Copa Intertoto en dos ocasiones (con el Valencia y con el Celta). Contaba, por lo tanto, con un currículum extraordinario cuando volvió a la que siempre fue su casa. Una casa y un sentimiento granota del que siempre presumió allá por donde fue. Por eso no le importó nada volver a un club que, aunque celebraba su centenario, se encontraba en Segunda y no estaba, ni mucho menos, entre los candidatos para volver a la elite.

El lunes 1 de febrero de 2010 el Ciutat de València se vistió con sus mejores galas para darle la bienvenida (por segunda vez) a uno de los suyos, a un futbolista con ADN granota, a una leyenda de la casa, a Juanfran García. Llegó (con 33 años) cedido en el mercado de invierno del AEK griego, club top de la Primera División helena con quien había logrado el curso anterior el subcampeonato. Y no le importó lo más mínimo llegar a un equipo en una situación deportiva mucho peor, en Segunda División y con muy pocas opciones de regresar a la elite. Pero Juanfran creía en su Levante porque sabía que llegaba en un año mágico, el año del centenario, e intuyó enseguida que se podía hacer algo muy grande. Y esa misma semana el técnico Luis García Plaza decidió hacerle debutar porque sabía también que tenía que contar con ese activo de manera inmediata. Y los resultados se materializaron al momento. El domingo 7 de febrero el Levante UD logró una extraordinaria victoria en Cádiz por 2 a 4. Juanfran salió en la segunda parte sustituyendo a Iborra. Regresaba a su hogar tras un paréntesis de casi doce años. Y un mito salía por otro. Una sustitución que no pudo estar cargada de mayor simbolismo.

Aquella maravillosa intuición del valenciano se confirmó y esa temporada 2009/2010 se logró la gesta del siglo: El Levante UD ascendió a Primera División la misma campaña en la que el equipo decano de la ciudad del Turia celebró sus primeros cien años de vida. Aunque el día en el que se hizo realidad, con la victoria sobre el Castellón por 3 a 1 en el Ciutat, no pudo jugar al estar sancionado por tarjetas. Pero a las celebraciones no faltó, evidentemente, y fue uno de los que más las disfrutó. Aquel ascenso de 2010 a Primera División fue el único que vivió Juanfran (en 2004 estaba en el Celta y en 2006 en el Ajax) de los tres que celebró el Levante durante la carrera deportiva del mágico lateral izquierdo. Al acabar esa temporada el valenciano concluyó su relación con el AEK griego y fichó oficialmente como nuevo jugador granota.

El regreso del Levante a la elite en la 2010/11 no fue ningún camino de rosas. De hecho, la primera vuelta fue desastrosa. Y nada más empezar la segunda, tras la goleada sufrida en Sevilla por 4 a 1 los azulgranas eran colistas con sólo 15 puntos. Estaba claro que habría que apretar muchos los dientes si se quería revertir la situación. Y, evidentemente, el apoyo de la afición iba a ser determinante. En la entidad se creó el eslogan La unión es la salvación para verbalizar esa necesidad de ir todos a una para salir del abismo. E, increíblemente, aquello obró el milagro. Porque de la jornada 21 (con el triunfo frente al Getafe por 2 a 0) a la 32 (con la victoria frente al Hércules por 2 a 1) el Levante ganó ocho encuentros, empató tres y solo perdió uno por 2 a 0 en su visita al Santiago Bernabéu. El equipo se había puesto noveno en la clasificación, con 42 puntos, a cuatro de los puestos europeos y a nueve del descenso. La permanencia estaba en el bolsillo.

Y del infierno al cielo. Porque la 2011/12 fue la mejor campaña de la historia del club. Acaudillados por un killer del área (el costamarfileño Koné logró con 15 tantos el récord goleador de un granota en un curso en Primera División) el Levante UD llegó a ser líder en solitario durante dos jornadas. Y, finalmente, concluyó en una sexta posición final que le posibilitó jugar la temporada siguiente, por primera vez, una competición europea. En aquella mítica campaña Juanfran fue pieza clave al disputar 29 encuentros.

Y Juanfran volvió a hacer historia con su Levante el año en el que los granotes jugaron la competición de la Europa League en la 2012/13. Porque suyo fue el primer gol azulgrana en aquel torneo. Para llegar a las eliminatorias finales los de Orriols debían quedar entre los dos primeros en un grupo constituido por el Twente holandés, el Hannover 96 alemán y el Helsingborgs sueco. Y en esa mini liguilla a doble partido de todos contra todos el primer match enfrentó al Levante contra los escandinavos el 20 de septiembre de 2012 en el Ciutat de València. Los granotes vencieron por 1 a 0 y el tanto de la victoria fue obra de Juanfran García. Aunque para siempre quedará la simpática polémica establecida con su compañero Juanlu, que considera que el primer gol europeo del Levante lo marcó él en el triunfo por 0 a 2 contra el Motherwell escocés, en la eliminatoria de play-off previa que permitió acceder a la fase de grupos.

Tras la retirada del fútbol profesional de su compañero y amigo Sergio Ballesteros (después del año europeo) Juanfran quedó como el gran referente de la plantilla granota, como el gran capitán de la nave azulgrana. Y aquella temporada 2013/14 el Levante vivió una placentera travesía en Primera División bajo la dirección del entrenador andaluz Joaquín Caparrós. El equipo de Orriols concluyó en una cómoda décima posición a tan sólo un punto de su gran rival capitalino. Aunque aquel año será recordado como el de la explosión del, probablemente, mejor guardameta granota de todos los tiempos: El costarricense Keylor Navas que, al terminar aquel curso, fichó por el Real Madrid, donde jugaría cinco temporadas. Y esa campaña tuvo para Juanfran un momento especialmente emotivo: En la jornada 19 (el día en el que se venció al Málaga por 1 a 0) el valenciano se convirtió, con 99 partidos disputados, en el futbolista levantino con más partidos en Primera División. En el siguiente encuentro (jugado contra el Barça y que concluyó con empate a uno) el presidente del Levante UD Quico Catalán y el presidente de Honor Paco Fenollosa le hicieron entrega de una camiseta enmarcada con su nombre y con la cifra de los 100 partidos de la efemérides. Actualmente Juanfran es tercero en esa clasificación histórica, tras Morales (primero) y Roger (segundo). Además, con 244 encuentros es el quinto jugador con más partidos oficiales en la historia del club (después de Dolz, Ettien, Latorre y Morales).

La temporada 2014/15 ya no fue tan plácida como la anterior y se sufrió mucho para poder mantener la categoría. En la jornada 8, tras una humillante goleada ante el Real Madrid por 0 a 5 en el Ciutat, el equipo era penúltimo con cinco puntos. El técnico Mendilibar fue destituido y el granadino Lucas Alcaraz ocupó su puesto. Eso le dio más opciones a Juanfran, que había jugado poco a las órdenes del vizcaíno. El cambio mejoró las cosas y en los primeros ocho partidos con el técnico andaluz sólo se perdieron dos encuentros y el equipo ascendió hasta la decimoquinta plaza. Aunque las cosas volvieron a torcerse y tras una dolorosa derrota en el derbi de Mestalla en la jornada 31 el equipo ocupaba de nuevo posiciones de descenso. Afortunadamente, un empate contra el Espanyol y dos triunfos consecutivos (en Getafe y otro en casa frente al Córdoba) dejaron encaminada la permanencia. A ello contribuyó también el descenso administrativo del Elche al finalizar el torneo. Eso posibilitó que ese año sólo bajaran los dos últimos clasificados, ya que los alicantinos concluyeron en la decimotercera posición.

La 2015/16 fue la undécima campaña de Juanfran como granota. Y también la última puesto que a su conclusión iba a retirarse del fútbol profesional con casi cuarenta años. Y, desafortunadamente, fue un final agridulce puesto que, tras seis cursos consecutivos en Primera División (el período más largo en la elite de la entidad granota), el Levante UD descendió a la categoría de plata. Y eso que con la continuidad de Alcaraz en el banquillo y los fichajes de jugadores tan interesantes como el central marroquí Feddal, el centrocampista colombiano Lerma o el delantero brasileño Deyverson, nada parecía vaticinarlo. Pero el equipo no funcionó y se vio desde el principio.

Tras la traumática goleada sufrida en casa frente a la Real Sociedad por 0 a 4 los granotes eran últimos y solo habían logrado un triunfo en las nueve jornadas disputadas. Lucas fue cesado y llegó como nuevo entrenador el catalán Joan Francesc Ferrer Rubi. Pero la situación no sólo no mejoró sino que empeoró. Y mucho. Después de caer frente al Atlético de Madrid a punto de terminar la primera vuelta los de Orriols eran colistas con once puntos y la salvación quedaba ya a seis. En el mercado de invierno se fichó al delantero italiano Giuseppe Rossi (que había hecho historia con el Villarreal y la Fiorentina) pero tampoco fue suficiente para cambiar el rumbo de las cosas (pese a la gran calidad del trasalpino y a su más que aceptable rendimiento al anotar seis goles en esa media temporada).

Aun así mientras hubo vida hubo esperanza para la sufrida afición granota, que en las últimas seis jornadas de aquel torneo vivió todo un carrusel de emociones. En la 33 el triunfo por 2 a 1 frente al Espanyol en el Ciutat generó un optimismo (la salvación quedaba a dos puntos a falta de cinco encuentros) que tenía que confirmarse en el importantísimo desplazamiento a Granada que siguió a aquella victoria. Los levantinistas respondieron masivamente y el estadio Nuevo Los Cármenes pareció una prolongación del campo de Orriols. Sin embargo, la actuación del equipo fue lamentable y encajó una dolorosísima derrota por 5 a 1. Pero había que resetear y en la jornada 35 el Ciutat de València recibió la visita del Athletic Club. Y la verdad es que ese día una serie de circunstancias aciagas privaron al Levante de una victoria que, sin ninguna duda, mereció. Mediada la segunda parte los granotes vencían por un cómodo 2 a 0 y encima se le había anulado injustamente a Rossi un tanto que hubiera certificado el triunfo. E, inesperadamente, entre el final del partido y el tiempo de descuento, el equipo vasco marcó dos goles en dos jugadas aisladas y empató un partido que hizo muchísimo daño al once capitaneado por Juanfran en esa lucha por eludir el descenso.

Y, desgraciadamente, el descenso se hizo oficial tras la derrota (también inmerecida) del Levante en Málaga por 3 a 1 en el siguiente encuentro. Los granotes sabían que necesitaban el triunfo para seguir vivos y, pese a que los andaluces se adelantaron a la media hora, el equipo reaccionó y Morales empató antes del descanso tras una gran contra. En el segundo tiempo el Levante pasó a dominar el partido e, incomprensiblemente, el colegiado vasco Bikandi Garrido anuló a Morales un gol absolutamente legal (el resumen televisivo no dejaba lugar a la duda) que hubiera adelantado a los granotes para, probablemente también, darles una victoria esencial.

En la penúltima jornada, con el equipo ya en Segunda, los levantinos recibieron en el Ciutat de València a un Atlético de Madrid que aún tenía posibilidades de ganar aquella Liga (por cierto, semanas después los colchoneros quedarían subcampeones de la Champions League en Milán). Y pese a la dificultad del envite los jugadores lo dieron todo para, al menos, resarcir a su afición del descenso a la división de plata. Especialmente Juanfran. Aquel día se despedía para siempre de su equipo del alma en el último partido de su carrera en Orriols. Y el Levante ganó 2 a 1 tras una vibrante remontada (después de adelantarse Fernando Torres en el minuto 1) culminada en el 89 con un gran gol de Rossi. Y, de esta manera, un Levante ya descendido le privó de aquella Liga al equipo rojiblanco.

Aunque el último, último encuentro de Juanfran defendiendo el escudo levantino lo jugó una semana después en Vallecas cerrando aquella triste temporada granota. El equipo madrileño del Rayo, que también bajó aquel año, acabó imponiéndose por 3 a 1. Y en su última aparición el valenciano dejó para el recuerdo una actuación llena de coraje y amor a unos colores, los suyos.

A la media de hora de aquel partido Juanfran notó un pinchazo fatal, una lesión muscular que le paró en seco… Pero dejemos que sea él mismo, con sus propias palabras (en una entrevista posterior que le hicieron), quien transmita lo que sintió aquel día… Yo sabía que me había lesionado y sabía que no podía seguir jugando… Pero había algo en la cabecita mía por dentro que me decía que, después de 22 años jugando, que yo no me podía ir por el lateral del campo… O sea, no me merecía eso, ¿no…? Y algo me dijo que volviera aún sabiendo que no podía jugar… Y ese momento fue… ¡Increíble! ¡Que se ponga un estadio en pie…! ¡No tengo palabras de agradecimiento a la afición del Rayo por el gesto que hizo…! Y luego, sobre todo, las palabras que me dedicó el árbitro, ¿no…? Que fueron que… Enseguida que yo vuelvo al campo y me siento porque veo que ya no puedo seguir jugando… Lo que le dice por el pinganillo a sus asistentes… ¡Que se tome el tiempo necesario que Juanfran se lo merece! ¡Cuando se reúnen todas estas condiciones, estos requisitos y uno sale llorando del campo como sale es más por lo que siente de lo que le aprecian (y de lo que va a dejar) que por todo lo demás…! Y el trayecto de 40 o 50 metros que yo hice desde que me lesioné hasta los vestuarios… Eso… ¡O lo vives o no tienes palabras!

Y como colofón a la trayectoria de este mítico jugador, el club azulgrana le homenajeó en junio de 2016 con un merecidísimo acto de despedida en el Ciutat de València. En el mismo se quiso agradecer también a toda la gente más próxima a Juanfran lo importantísima que siempre fue para que el valenciano lograra todo lo que logró. El presidente del Levante UD Quico Catalán y el mismo Juanfran tomaron la palabra para verbalizar esa gratitud de la entidad granota hacia él y de él hacia todo el levantinismo.