Javier Monleón Díaz, en representación del Levante, y Antonio Calderón Hernández, legado del Real Madrid, sellaron el traspaso y la cesión de los derechos federativos de Antonio Calpe.
El defensor azulgrana se comprometió con el club de la capital de España el 26 de junio de 1965 como acredita este documento. El futbolista sería inscrito como nuevo jugador de la entidad presidida por Santiago Bernabéu previo pago de un millón seiscientas cincuenta mil pesetas. No fue la única compensación con la sociedad levantinista como destinataria.
El Real Madrid anunciaba la celebración de un partido de índole amistoso en el feudo de Vallejo durante el mes de agosto del citado verano con preferencia para el postrer fin de semana. El Real Madrid asumiría los gastos de desplazamiento, si bien correspondía al Levante cubrir el alojamiento en el Hotel Astoria. Si la escuadra madridista estuviera fuera de España por esas fechas el duelo se disputaría a lo largo de la temporada 1965-1966. Existían cláusulas adicionales. Los jugadores Rafael Echarri, Pedro Casado y Santos Bedoya, todos ellos asociados al Real Madrid, podrían vincularse en calidad de cedidos al universo granota. Echarri aterrizó en Vallejo.
Por su parte, la junta directiva del Levante concedía al Real Madrid potestad para negociar con Pons. Este acuerdo de preferencia implicaba que el Real Madrid podría conseguir sus servicios, en igualdad de condiciones con cualquier otra oferta recibida, si el Levante estimara oportuno su traspaso. Antonio Calpe fue uno de los jugadores más regulares de la etapa azulgrana en el contexto de la Primera División. Detentó la condición de habitual en las distintas alineaciones conformadas por Quique y Enrique Orizaola. Su aportación fue decisiva en el curso que supuso el ingreso de la escuadra blaugrana en el ecosistema de la elite.
La marcha de Calpe al Real Madrid enjugó, desde un prisma económico, los problemas monetarios de la institución de Vallejo derivados del descenso a la categoría de Plata.