José María Armillas García y Eladio Calero Baldó, facultados por el Espanyol, y por el Levante, fueron los dirigentes encargados de negociar y establecer las condiciones del traspaso de José María Vall Cáncer a la entidad catalana procedente del club de Vallejo.

Los hechos, como valida este documento, acaecieron el 23 de abril de 1964 en Valencia. El compromiso sellado era aclarador. El Espanyol de Barcelona recibía por parte del Levante la transferencia de los derechos federativos del futbolista.

No era la única obligación que asumía el club presidido por Eduardo Clerigues. La escuadra azulgrana se comprometía a disputar un duelo de carácter amistoso en el feudo de Sarrià en fecha a convenir por las partes. Como compensación el RCD Espanyol se comprometía a satisfacer la cantidad de dos millones de pesetas en concepto de traspaso.

La fórmula de pago escogida era la siguiente: la institución catalana haría entrega de un millón en efectivo en el momento de la firma contractual. El resto de la operación se realizaría mediante letras de cambio legalmente avaladas con plazos de vencimiento fijadas.

Después de cuatro temporadas, Vall abandonó la disciplina levantinista. Atrás quedaba un ascenso a Primera División y la permanencia en el curso que significo su despedida como granota. El duelo ante el Real Madrid, disputado el 19 de abril de 1964 en Vallejo, fue su última cita con la elástica blaugrana. Y no tardó en estrenar su expediente en las filas del bloque de Sarrià.

El 16 de mayo de 1964, se alistó en el grupo que afrontó el partido de ida de los octavos de Final de la Copa del Generalísimo ante el Sevilla en el coliseo catalán (3-1).