Asociado al imaginario del club, y sempiterno colaborador, ejerció de ligazón entre Vicente Piquer y Roberto Gil. Asumió el banquillo del club de Orriols entre las jornadas tres y sexta del curso 1981-1982, con un saldo de dos victorias y dos derrotas. Fue segundo entrenador en distintas etapas y miembro de la secretaría técnica azulgrana.