Su llegada a la entidad planteó un cambio en el modelo establecido en la dirección técnica. La experiencia era un aval que sobresalía en el currículum que identificaba a Joaquín Caparrós. Curtido en mil batallas, era uno de los técnicos en activo con más partidos en la elite. Su estancia en el Levante, curso 2013-2014, significó la consolidación del equipo en el marco de la Primera División.