Quizás la decisión antecediera en el tiempo, pero con carácter definitiva se concretó en la Junta General Ordinaria de Compromisarios que el Levante efectuó en la jornada del 10 de noviembre de 1962 en el salón de actos de la Federación Valenciana de Fútbol. Eduardo Clerigues, presidente de la institución granota, expuso la voluntad que movía a la entidad a fusionar los destinos de dos clubes que representaban el corazón futbolístico de los Poblados Marítimos y que históricamente habían nutrido a la representación azulgrana del Levante de efectivos.
Los caminos del Portuarios y los del Malvarrosa se entrecruzaron “convirtiendo a ambos en un solo filial con la denominación de Atlético Levante”, manifestó el mandatario. El detonante de esta medida adoptada fue el descenso de categoría que sufrió el Portuarios a la conclusión del ejercicio 1961-1962. El equipo gestado disputaría sus partidos como local en el campo de la Malvarrosa, aunque con posterioridad se trasladaría hasta de feudo de Vallejo y también acamparía en el actual Ciutat de València.
Eduardo Clerigues anunció que el club asumiría las mejoras necesarias en la instalación con la finalidad de garantizar la comodidad de los espectadores que acudieran a este complejo deportivo y que la escuadra de reciente creación veía la luz con vocación de consanguineidad respecto a los intereses del Levante U.D. La sinergia era evidente puesto que “se nutrirá especialmente de los juveniles que vayan cumpliendo la edad de 18 años para que puedan seguir una evolución normal sin transiciones excesivas de categoría”, acentuó el jerarca blaugrana.