Es el testimonio de la estancia de la Selección Española en el Ciutat de València. Fue el 8 de septiembre de 2014 en un duelo internacional que enfrentó a la Roja y a Macedonia en territorio granota. La camiseta de Cazorla se convierte en un hito de relevancia en la historia del coliseo del barrio de Orriols que, por esas fechas, estaba próximo a cumplir 45 primaveras. La elástica del futbolista fue un presente de la Federación Española de Fútbol hacia el Levante U.D. Debajo del escudo queda reflejada la localización y la fecha del enfrentamiento. El duelo tenía sentido. Era la primera confrontación oficial después del Mundial de 2014 que se disputó en Brasil.

Había un inusitado interés por comprobar el estado anímico de la Selección Española en el choque que inauguraba la Fase de Clasificación para la Eurocopa de 2016 de Francia. El enfrentamiento apenas tuvo enjundia. Sergio Ramos estrenó el marcador desde los once metros. Era el minuto trece. Acto seguido, Paco Alcacer cerró una acción que llevaba el distintivo de Juanfran. La diana de Macedonia (2-1) fue una anécdota puesto que no significó una mutación drástica del signo del enfrentamiento. Busquets, Silva y Pedro rubricaron un triunfo incuestionable. La victoria nunca estuvo en entredicho.

Diez años después los destinos de la escuadra nacional y el Ciutat volvieron a confluir. El 3 de septiembre de 2004 España pisó el suelo azulgrana en un encuentro amistoso ante Escocia. El levantinismo vivía jornadas de euforia tras el ascenso a Primera División. La Federación se sumó a los fastos con la concesión de un enfrentamiento marcado por la virulencia de las lluvias y por un fallo en el fluido eléctrico. El duelo entre la representación escocesa y española avanzaba por su segundo capítulo cuando el árbitro decretó su definitiva finalización con empate a un gol. Una década más tarde el principal organismo rector del fútbol reconocía a un club centenario instalado en el universo de la máxima categoría con la adjudicación del partido ante Macedonia.