Fue en la Asamblea General Ordinaria y Extraordinaria de socios del 27 de julio de 1993 realizada bajo la presidencia de Ramón Victoria. Ese día la junta directiva propuso a todos los socios la transformación del club en Sociedad Anónima Deportiva. “Si en un club con la historia del nuestro ha habido fechas importantes, hoy con toda seguridad es la más trascendente”, manifestó Pedro Villarroel en el inicio de su disertación.

El directivo evidenció su posicionamiento. No había imperativo legal en la transformación en Sociedad Anónima para una entidad que formaba parte del ecosistema de la categoría de Bronce. Era una transformación voluntaria. Si el debate estaba marcado por la nostalgia había que huir de esa conversión, advirtió Villarroel. Su discurso acentuaba el presente.

“Si queremos seguir perteneciendo a la Liga de Fútbol Profesional, si no queremos ser excluidos del Plan de Saneamiento que tanto esfuerzo y dinero costó a la actual junta directiva debemos decir sí a la S.A. Deportiva. Si no queremos volver a épocas pasadas en las que el club era perseguido por los recaudadores de Hacienda, Seguridad Social, Ayuntamiento… debemos dar el sí rotundo a la S.A. Deportiva”, argumentó defendiendo que era una manera de sentar las bases para la viabilidad futura del club.

El turno fue para Luis Calero quien puso en conocimiento de la Asamblea los tres acuerdos que la Directiva proponía a la aprobación de la Junta

  • Transformar el club en SA Deportiva en cumplimiento de la legalidad vigente.
  • Aprobar la memoria formulada por la junta directiva
  • Facultar a la junta para dar los pasos necesarios para la transformación.

El capital social sería de 150 millones de pesetas. La transformación en SAD del Levante se concretó bajo la presidencia de José Luis López.