Cuarenta años después el Levante regresó a Primera División. Fue en la temporada 2003-2004 con Manuel Preciado como conductor de la nava azulgrana amarrado al banquillo. El Levante coronó la clasificación en la categoría de Plata en un curso sobresaliente. El trofeo forma parte del mobiliario ubicado en la zona noble del Ciutat de València.

La Copa de Campeones evoca un hito legendario en la historia centenaria de la institución. Fue el segundo ascenso a la máxima categoría del fútbol español del colectivo azulgrana. La principal y notable diferencia con el salto emprendido a la finalización del curso 1962-1963 fue que el Levante alcanzó la elite ungido con la condición de campeón de Segunda División.

El tránsito se produjo en el Estadio Chapín en Xerez en una tarde de junio de 2004 (1-2). Reggi y Rivera voltearon el marcador tras la diana obtenida por Canito. El Levante festejó un ascenso a Primera División perseguido en el tiempo. Atrás quedaban cuatro décadas de sinsabores y de incertidumbres.

El Levante de Manuel Preciado fue el paradigma de regularidad en un ecosistema afilado. A excepción de la tercera jornada de la competición liguera, siempre se movió entre los tres primeros clasificados en la tabla. En la jornada trigesimoséptima retomó un liderato que ya nunca abandonó. El Levante firmó 79 puntos tras alcanzar 22 victorias, 13 empates y 7 derrotas.