Una primera visión de esta entrada quizás no advierta de su significado. El billete no introduce el partido. No aparece el nombre del adversario. Ni tan siquiera secuencia la temporada deportiva. Hay una localización espacial al aludir al Campo de Vallejo. También aparece el escudo identificador de Levante. Es posible reconocer la figura de Vall y Wanderley. La imagen parece congelar la acción de segundo gol conseguido por las huestes levantinas en el partido de promoción ante el Deportivo de La Coruña. No hay muchas más pistas. Es evidente que el Levante afrontaba la cita en condición de propietario del feudo de la Calle de Alboraya. No obstante, la clave del acertijo se encuentra en su reverso. Es el gozne sobre el que gira esta historia.

Vicente Lucas con su puño y letra identifica el duelo, la alineación presentada por la escuadra granota y el resultado final. No era un enfrentamiento secundario para el levantinismo militante. Aquella jornada el Levante y el Valencia cruzaban sus fuerzas sobre el verde del coliseo granota. Era el estreno del derbi en Vallejo en el marco de la Primera División. Los hechos remontan al curso 1963-1964. Aquel duelo marcaba el amanecer de la segunda vuelta de la competición. El choque estaba programado para el domingo 26 de enero de 1964. El Levante antecedía a su eterno oponente en el marco de la clasificación general en el nacimiento del nuevo año, aunque las distancias, un punto, eran exiguas.

Como recoge la pluma de Vicente Lucas en la parte posterior de la entrada, Quique apostó por una alineación que pervive en el imaginario del levantinismo. Rodri, Victoriero, Pedreño, Calpe, Vidal, Castelló, Vall, Wanderley, Domínguez, Pepín y Serafín componían el once granota. El colectivo granota buscaba una victoria de prestigio. El triunfo guardaba más connotaciones que la suma de los dos puntos. No fue un duelo marcado por la estética. Fue una batalla de una intensidad supina que el Levante decantó en el primer tiempo. En ese espacio fraguó el contenido de una relevante victoria merced a la diana conquistada por Ernesto Domínguez. Vidal inició una jugada que pasó por las botas de Wanderley. El galgo de Vallejo batió la meta defendida por Zamora.