Carmen Senis Devis fue una acérrima aficionada al Gimnástico F.C. Lo dice el carnet, personal e intransferible, que le vinculó al universo de la sociedad gimnastiquista y lo corrobora su familia que, de generación en generación, ha vigilado y salvaguardado un pase elevado a la categoría de auténtico tesoro por el inmenso e innegable valor sentimental que posee para sus sucesores. Esta credencial ha trascendido al paso del tiempo para envejecer con dignidad como vestigio del antiguo decano del fútbol valenciano. Alejandro Vidal Soler rememora el largo viaje realizado hasta alcanzar el presente.

“A la muerte de Carmen Senís Devís el pase fue custodiado por su hija, Dolores Llorens Senís, y posteriormente pasó a Dolores Mota Llorens. Tenía mucho empeño en conservarlo”. Situamos la acción en 2012. La desaparición de su nieta en ese año significó que el documento mudara para que fuera cuidado con celo por su sobrina Lupe Pombo Mota. “No tenía hijos y nos pidió que lo conserváramos y que viéramos si había algún sitio donde estuviera protegido”, matiza Alejandro Vidal, marido de Lupe Pombo. El Museo Virtual del Levante U.D. ejerce de custodio protector. “Como herederos de este documento hemos decido que es el Museo del Levante el mejor sitio para guardarlo”.

Carmen Senis Devis perdía el sentido por el Gimnástico. Literal. Más tarde seguiría con pasión las andanzas del Levante U.D. tras la fusión entre el Gimnástico F.C. y el Levante F.C. a la conclusión de la Guerra Civil. “La bisabuela no se perdía una confrontación del Gimnástico en el campo del Río Turia (Stadium). Después se trasladó a Vallejo. Iba sola al campo”. No había diques para contener un entusiasmo que desbordaba. “Conocía y hablaba con todos los jugadores del Gimnástico y no cenaba cuando el equipo perdía”. En el culmen del arrebato futbolístico llegó a tener un loro “que cuando llegabas a casa te recibía al grito de Levante Gol”, rememora Vidal acentuando la ascendencia del fútbol en la vida de Carmen Senis.

La socia número 13 del Gimnástico F.C., con su foto personal y exclusiva al frente del documento, debió ser un ejemplo de atrevimiento y de arrojo para despedazar las rígidas reglas sociales que alejaban a las mujeres de la disciplina del balompié en la época de su implantación definitiva como deporte de masas. De hecho, la Junta General del Gimnástico de abril de 1923 excluía a las mujeres y a los niños de menos de ocho años como socios, aunque podrían acceder al interior de la instalación deportiva para seguir los enfrentamientos oficiales en caso de parentesco con los asociados.

El pase ofrece infinidad de indicativos relacionados con la historia del Gimnástico. El domicilio de Carmen Senis Devis, situado en la calle Enblanch 11, no es aleatorio. El decano nutría sus filas de seguidores adscritos al barrio del Carmen y sus adyacentes. No hay marco cronológico visible, pero habría que acotar el documento entre la segunda mitad de los años veinte y los primeros treinta. En esa secuencia el Gimnástico se convirtió en Real Gimnástico tras la concesión de ese título por la Casa Real en diciembre de 1926. El membrete y el encabezamiento muestran con orgullo ese privilegio que distinguirá a la institución hasta el advenimiento de La II República. El carné está firmado por Aspas en calidad de presidente y conserva los sellos con el escudo del club que debían renovarse de manera mensual.