La familia de Ramón Soler Cavero guarda, con mucho cariño y recelo, su colección fotográfica. Desde el punto de vista del aficionado y, con una técnica y apariencia similar a los daguerrotipos, su obra fotográfica recorre distintas décadas de la historia granota a través de un objetivo.
Su peculiar visión del mundo a través de su aparato fotográfico, ha sido capaz de plasmar espacios emblemáticos para el levantinismo, tales como el Campo de Vallejo, el Campo de la Malvarrosa o los primeros albores del Estadio Antonio Román. De igual manera, quiso reflejar las caravanas de aficionados que, con gran aliento e ilusión, se iban desplazando por la geografía española, acompañando al equipo por campos tan emblemáticos, como lo es el Estadio Municipal del Clariano, perteneciente al Ontinyent Club de Futbol.
Esta pequeña muestra fotográfica, ínfima en relación a la extensa obra artística de Ramón Soler, refleja la cotidianidad de una sociedad cambiante, en la cual la significación del fútbol, así como de las asociaciones de peñas, ha sufrido cambios considerables con el paso del tiempo. Sus vivencias, experiencias y alegrías quedan plasmadas de manera fidedigna en las imágenes, como testimonio gráfico de las distintas etapas convulsas que el club ha tenido que atravesar para encontrarse en la idílica situación actual.