Esta es una historia que devuelve la mirada a la Valencia de la década de los años veinte y treinta. Los platos con el membrete oficial del Real Gimnástico F.C. evocan un tiempo pasado cuando el fútbol comenzaba a incardinarse en la conciencia de los aficionados valencianos. Se trata de una donación efectuada por la familia Peidro Espi. Más de setenta años después de este relato la familia Peidro Espi mantiene prendida y viva la llama del levantinismo, pero, en realidad, todo empezó con Ana Espi Noguera cuando el debate futbolístico en la ciudad estaba centralizado en las batallas pasionales sobre el verde por la corona del Campeonato Regional entre el Gimnástico F.C., Valencia F.C. y Levante F.C. Recuperar el hilo de esta narración implica regresar a los días en los que el Gimnástico afrontaba sus partidos oficiales a los pies del Museo San Pío V, en el interior del cauce del río Turia.

El Stadiun amalgamó las ilusiones de los seguidores del equipo decano de la ciudad antes del paso al feudo de Vallejo. Ana Espi Noguera regentaba el club social del equipo azulgrana. Rosa Peidro Espi pone voz al pasado. “Como el campo estaba bajo del río, el local del Gimnástico (la sede social) estaba situado en el entresuelo de la calle Chofrens”. La procedencia de los platos está resuelta y entronca directamente con el universo de la institución gimnastiquista. Era un espacio de reunión obligado compartido por los leales seguidores del Gimnástico y por los jugadores y directivos.

No parece una quimera imaginar a los equipiers azulgranas festejando victorias de consideración y títulos en este escenario con esta vajilla. Según recuerda Rosa Peidro la sede permaneció abierta al público entre 1923 y 1939. El final de la Guerra Civil establece una pertinaz frontera entre el pasado y el presente. Los universos del Levante F.C. y del Gimnástico F.C convergieron para fundamentar el Levante U.D. a partir de junio de 1941 con la corta experiencia que significó competir al amparo de las siglas de la UDLG (Unión Deportiva Levante-Gimnástico). El local fue clausurado por cuestiones municipales.

Este cuenco de color blanco que exhibimos esconde mucha más información. La clave radica en la composición del escudo. La condición de Real está presente en el sello. Se trata de una concesión de la Casa Real que data de diciembre de 1926. Eran los tiempos de Alfonso XIII y la dictadura de Primo de Rivera. La conexión entre la entidad deportiva y los estamentos militares siempre estuvo muy presente. El Gimnástico pasa a denominarse Real Gimnástico F.C. y muestra con orgullo esa propiedad hasta el advenimiento de la II República. No obstante, los platos conquistaron la eternidad. Esta es la muestra. La fiebre futbolística de Ana Espi Noguera no decayó. El cierre del recinto social y la fusión del Levante F.C. y Gimnástico significó que abrazara el club naciente. Estuvo vinculada al UDLG y al Levante U.D. entre 1939 y 1996.