El cartel del II Trofeo Costa de Valencia es una donación efectuada al Museo Virtual del Levante por parte de Vicente Lucas. Hay un halo de nostalgia en el documento. El cartel permite regresar en la secuencia cronológica a agosto de 1973. El Trofeo Costa de Valencia del Levante está estrechamente ligado a la figura de Manuel Grau Torralba. El mandatario, que ocupó la cúpula de la presidencia entre 1971 y 1976, no cejó en su empeño de modernizar las estructuras internas del club. En su corpus doctrinal imaginó el diseño de un Torneo que proyectara el nombre del Levante como institución. El jerarca buscó en esta iniciativa la recompensa del prestigio y del reconocimiento en su idea fundamental de dimensionar al Levante como entidad adscrita a su tiempo. Grau Torralba puso voz a este proyecto cuando se le cuestionó por el sentido de este concurso en su segunda edición. “En primer lugar nació para ofrecer al público durante los meses de verano, espectáculos de fútbol, en el que participen conjuntos de categoría internacional como los presentados en el Primer Trofeo Costa de Valencia. En segundo lugar, para poder presentar a la Valencia deportiva el nuevo Levante 1973-1974, que sirva para ponerles a punto y puedan afrontar con garantía la Segunda División, en la que militaremos la próxima temporada”.

Los torneos de verano se sucedían por el mapa de la Península Ibérica en la década de los setenta. Algunos certámenes habían adquirido pujanza y estaban fijados al imaginario de los aficionados. Eran el orgullo de las ciudades y de los equipos promotores. El informe de El Mundo Deportivo era paradigmático y aclarador; en el territorio español había espacio para la coexistencia de treinta torneos durante el mes de agosto de 1973. No eran simples bolos estivales. Estas citas estaban marcadas en rojo en las agendas futbolísticas del período estival. Había pedigrí y también tradición. Algunos torneos hundían sus raíces en los años sesenta. Su reconocimiento parecía incuestionable. El triunfo final concedía prestigio y notoriedad. Los clubes más representativos de la disciplina no tenían inconveniente en adecuar sus calendarios y la planificación de la pretemporada en función de la materialización de estos trofeos. Las sociedades deportivas no escatimaban esfuerzos, desde un prisma económico y organizativo, para confeccionar carteles atractivos a los ojos de los aficionados.

Todo estaba perfectamente calculado en la hoja de ruta de Grau Torralba. La denominación Trofeo Costa de Valencia no era circunstancial. Ni una elección aleatoria o caprichosa. Había un doble desafío programático; circunscribir al Levante a su entorno geográfico más cercano “dando gloria y homenaje a nuestra querida Región”, siguiendo la argumentación esgrimida por el dignatario. El Levante se presentó en la segunda edición del Torneo defendido el cetro que había conquistado en el estreno de la competición tras luchar contra Club Nacional de Montevideo y Rapid de Bucarest. El reto era perceptible en agosto de 1973. Las huestes de José Juncosa, que acababan de reingresar en la categoría de Plata, contenderían ante clubes tan laureados como Santiago Wanderers y Twente 65. Los partidos contenían un grado de dificultad irrebatible. El fútbol directo que caracterizaba al balompié holandés ante la vocación más entretejida del balompié sudamericano. Estilos contrapuestos sobre el tapiz verde del Nuevo Estadio.

Levante y Santiago Wanderers inauguraron el Torneo la noche del dos de agosto. Fue un partido sumamente disputado que resolvió Juanito en la reanudación de la cita (1-0). El equipo chileno buscó con ahínco la igualada en los minutos finales, pero la retaguardia granota se comportó con eficacia. El Wanderers cerraría su concurso sin conocer la victoria tras caer derrotado frente al Twente (3-1). La escuadra holandesa remontó el gol inicial del combinado de Chile. La superioridad del bloque de Enschede fue total. La escudería granota y el bloque tulipán competirían por la consecución del Trofeo en la confrontación definitiva que cerraba la segunda edición. El duelo respondió a las expectativas creadas. Fue un choque vistoso y aristado. El peligro rondó por las porterías de los dos rivales en el primer acto. El Levante capituló en la segunda mitad tras las dos dianas obtenidas por el combinado de Los Países Bajos. Litri marcó para el Levante en los minutos finales, pero la reacción local fue inconclusa. El Twente logró en propiedad el Trofeo Costa de Valencia.

El deseo de Manuel Grau Torralba era perpetuar el Torneo. “Mientras estemos al frente del club repetiremos, puesto que además de todo lo dicho extendemos el nombre de esta maravillosa Costa de Valencia”. El Trofeo Costa de Valencia cubrió la práctica totalidad de la década de los años setenta, aunque su efervescencia y su brillo fue declinando paulatinamente hasta desaparecer al final de ese decenio para ya nunca más regresar. En el verano de 1979 quedó contabilizada la última edición. El Levante conquistó tres trofeos. En su palmarés hay espacio para clubes como el Twente 65, CD Castellón, CSKA de Sofia, Dinamo de Bucarest o Tecos FC. Equipos como Leicester City, Nancy, Cruzeiro, Nacional de Montevideo, Espanyol, Elche o Murcia dejaron su estela en el hoy Ciutat de València.