El documento posee un estimable valor para el imaginario que compone la sociedad levantinista. Se trata de un pase del Levante F.C. fechado en julio de 1937. La acción fija la mirada en el período estival de 1937. La Guerra Civil planeaba sobre la faz de la Península Ibérica tras el alzamiento de julio de 1936. El 18 de julio del 37, en Barcelona, las huestes marinas retaron al Valencia F.C. en el extinto Estadio de Sarriá, propiedad del Español, hoy Espanyol, por el cetro de la Copa España Libre. La unión de estas dos variables posibilita que el carné, que ya forma parte de los fondos del Museo Virtual del Levante U.D., adquiera mayor pujanza si cabe. La asociación de ideas a efectuar puede ser inmediata. Se trata de una reliquia que establece una estrecha y perceptible conexión entre el Levante F.C. y la Copa España Libre, Trofeo Presidente de La República, que el Levante del tiempo más presente persigue y reivindica con la concesión de una oficialidad todavía no admitida por la Federación Española de Fútbol.

Salvador Gasull Hernández, su propietario, pudo contemplar en primera persona la insigne victoria de la escuadra levantina ante el Valencia F.C. (6-2) en el verde del feudo de Vallejo en los albores de julio de 1937. Hay que consignar que el Levante actuó como local en el coliseo del Gimnástico, sito en la calle Alboraya, en el ciclo de los enfrentamientos adscritos al formato de la Copa España Libre. Era el quinto partido de la fase regular del Torneo. Levante, Valencia, Español y Girona contendieron a doble confrontación. El primero y segundo dirimirían su supremacía a noventa minutos en la Final. Aquella histórica jornada el Levante ratificó su legítima condición de candidato al título. Salvador Gasull pudo cantar los dobletes conquistados por Botella, Martínez y Puig. El indiscutible triunfo perpetuó al Levante como líder de la competición, si bien había que dirimir un postrer encuentro ante el Español, en el campo de Sarriá, ya desprovisto de heráldica por su envidiable situación deportiva, antes de luchar por la gran victoria en la batalla última también sobre el tapete de Sarriá.

El abono del mes de julio de 1937 (era habitual que los pases se fueran renovando de manera mensual) era una especie de salvoconducto para acceder a los distintos desafíos que el Levante materializaría como local en tierras valencianas. Y el calendario del torneo acotó los meses de junio y julio de 1937. De ahí el encanto y el hechizo que esconde este pequeño cartón en el que brilla en un tono verde a modo de figura heráldica el blasón del Levante F.C. característico de la institución durante la década de los años treinta. El Rat Penat, un símbolo de la Comunidad Valenciana, envuelve con sus alas un escudo que incorpora el nombre de la entidad y un balón distintivo de la práctica del balompié.

Este pedazo de la historia del Levante, y también de la historia de España, recoge la rúbrica de Tomás Carsí. En calidad de presidente del conjunto marino, legitima la validez de esta apreciada credencial que “es personal e intransferible” e “indispensable la presentación” para acceder al campo. En las jornadas finales de agosto de 1936 Levante El Mercantil Valenciano anunciaba la presencia como mandatario de Tomás Carsí al frente del club blanquiazul. Eran fechas repletas de agitación en la heroica defensa de la II República. Las transformaciones socio-políticas eran evidentes. Y de una magnitud notable. El fenómeno de las incautaciones no fue ajeno al fútbol. Con el estallido del conflicto bélico muy reciente, el Levante trataba de adecuarse al marco institucional con la configuración de una Junta de Gobierno afecta con la causa republicana. “Todos ellos (en alusión a los directivos) inequívocamente afectos al Frente Popular de cuyas distintas organizaciones son afiliados y cuya identificación con el régimen es absoluta”, matizó El Mercantil Valenciano a fines de agosto de 1936. Detrás de la figura de Tomás Carsí surge la firma ilegible de “El Contador”. Si seguimos a pies puntillas a Levante El Mercantil Valenciano en la ordenación de la cúpula direccional presentada habría que citar a José Pérez Soriano.

Este documento incorpora una tarjeta del Comité Provincial de Educación Militar a nombre de Salvador Gasull Hernández con fecha del 7 de abril de 1938. Esta ficha, al margen de constatar fehacientemente y con datos la veracidad del propietario del pase del Levante F.C., certifica que apenas un año antes de la conclusión definitiva de la Guerra Civil este joven se encontraba cumplimentando el período de instrucción en este centro militar. Nacido el cuatro de diciembre de 1920, Gasull bien pudo formar parte de los últimos reemplazos republicanos en el contexto del conflicto bélico. Por la fecha de su nacimiento y por su edad podría engrosar el listado de los reclutas conocidos como la quinta del Biberón ya que contaban entre 17 y 18 años cuando fueron alistados. Fue el apelativo que hizo fortuna para denominar las levas republicanas de 1938 y 1939 en el territorio de la Segunda República. A falta de una investigación más profunda, el archivo interno del club registra a Salvador Gasull Hernández como socio del Levante hasta la temporada 1999-2000.