En realidad, toda la información necesaria está condensada en la cara central de la artística Copa que rescatamos para compartir con el levantinismo militante. Aquel viernes 3 de septiembre de 1925, cuando comenzaba la despuntar la temporada futbolística del curso 1925-1926, el equipo del Invencible se enfrentó a la Sociedad Deportiva Gimnástica Domingo. Los caracteres de ambas escuadras aparecen labrados en el frontis del Trofeo, si bien por lo que respecta al oponente del colectivo vinculado al imaginario del Levante F.C. aparecen las iniciales SD GD. Enmarcando la cita es posible rescatar el nombre de Vicente Domingo. La prensa contemporánea ofrece pistas sobre su relación con la confrontación anunciada. “Como ya es sabido ambos equipos se disputarán una hermosa copa que Don Vicente Domingo, presidente honorario de la Gimnástica, ha regalado para este fin”, advirtió Las Provincias en la previa del duelo.

Aquel encuentro formaba parte de un festival que tenía como epicentro el escenario del coliseo de Mestalla. “En primer término contenderán los infantiles de U.S. El Pueblo y los de la Gimnástica Domingo. Tantos unos como otros son muy conocidos por sus distintos triunfos y ello nos hace prever que este match ha de ser muy competido y emocionante…” recreó Las Provincias en la jornada del 3 de septiembre de 1925. “A continuación se celebraba el tan deseado encuentro entre el Levante F.C. (Invencibles) y el primer equipo de la Gimnástica Domingo” certificó el mismo medio de comunicación subrayando la relevancia del segundo enfrentamiento en virtud de la ascendencia de los jóvenes valores de la entidad marina. “No es necesario hacer resaltar una vez más los méritos indiscutibles de los jugadores del Levante para señalar la importancia de este match. En él figuran equipiers como Puig II, Alamar II, Hilario y otros cuyas actuaciones en la temporada anterior se contaron por éxitos”.

Una finalidad benéfica envolvía a aquel concurso. El cartel anunciado pretendía realizar un acopio de fondos para aliviar la situación maltrecha de uno de los jugadores de la Gimnástica que había resultado lesionado. Al carácter altruista de la cita habría que añadir el embrujo de un equipo que desconocía el sentido de la derrota. El Invencible fue sumando argumentos y consideraciones en el interior del verde conforme se sucedían los desafíos deportivos. Y por norma cada reto superaba en dimensión al anterior. “Ha contribuido poderosamente a atraer el público el jugar el equipo del Invencible del Levante, que ya constituye por sí y ante sí un número de grand succes. Y los jóvenes equipiers del Levante han puesto de relieve una vez más que constituyen legítimamente un motivo de orgullo de su club”, corroboró Provincias el 4 de septiembre.

El envite no tuvo una notable historia a tenor de su evolución y desarrollo. No hubo atisbo de duda ante la diferencia del marcador (6-0). “El Levante ha jugado a placer, ha dominado absolutamente en los dos tiempos y sin emplearse a fondo ha obtenido una victoria más para su largo y glorioso historial”, matizó el diario valenciano. El partido contó con la particularidad de presentar al público asistente las nuevas modificaciones del offside. Esta transformación en esencia se mantiene hasta el tiempo presente. En ese sentido aquel encuentro se convirtió en un banco de pruebas, si bien la profundidad del triunfo marino imposibilitó cerciorarse del sentido de los cambios.

La hermosa Copa que sancionó el choque entre el Invencible y la Sociedad Deportiva Gimnástica Domingo vuelve a brillar casi un siglo más tarde tras la restauración acometida por la empresa valenciana Piró Orfebres durante 2020. El objetivo era rescatar la pátina de brillo que un día tuvo este trofeo para mantener su esencia incólume, pese al paso del tiempo. Recuperar la memoria histórica del Levante como sociedad y restaurar su patrimonio forma parte del ámbito de actuación del Área de Patrimonio Histórico del club. Esta copa es un ejemplo de ese intento por reconquistar el pasado como legado para las futuras generaciones de granotas.