La Copa de Campeones del Campeonato Regional de Primera Categoría del ejercicio 1943-1944, que conquistó el Levante, recupera todo su esplendor para brillar de nuevo casi ochenta años después de la consecución de los hechos. Este trofeo vuelve a resplandecer recobrando la dimensión y la magnitud que un día, allá por el tramo inicial de la década de los cuarenta, tuvo para la sociedad levantinista. Quizás era de justicia acometer el rescate de este galardón que sancionó la preminencia del Levante en el ámbito de la competición liguera en el curso 1943-1944. La empresa valenciana Pirós está detrás de esta sobresaliente restauración. La Copa reverdece para presentarse en sociedad recobrando el esplendor que debió tener cuando la Federación Valenciana de Fútbol hizo su entrega a los representantes del club de Vallejo. La recuperación de la memoria histórica del Levante como entidad deportiva y la reparación de su patrimonio forma parte del ámbito de actuación del Área de Patrimonio Histórico del club. Este Trofeo, que en la actualidad regresa para quedarse, es un fiel exponente de ese intento por reconquistar el pasado.
La Copa de Campeones del Campeonato Regional de Primera Categoría del ejercicio 1943-1944 esconde una historia que es posible resucitar. Hay que regresar al verano de 1943 para trasladar todos aquellos acontecimientos al tiempo más presente. El Comité directivo de la Federación Española de Fútbol rescató el formato de la Tercera División después de una temporada en suspenso. Por debajo de Primera y Segunda División surgió en el curso 1942-1943 la Primera Regional. Según los acuerdos estipulados para el ejercicio 1943-1944 quedaba organizada una Tercera División integrada por ocho grupos. El Levante formaba parte del grupo V junto a la representación aragonesa y equipos valencianos tales como Acero, Carcagente, Sueca y Olimpic de Xàtiva. Fue el origen de una protesta encrespada por parte de los mandatarios granotas. Aquel período estival fue agitado. El Levante quería eludir a los clubes aragoneses.</p
Hay que regresar al verano de 1943. El Comité directivo de la Federación Española de Fútbol rescató el formato de la Tercera División. Esa categoría no existió en el curso anterior. Por debajo de la Segunda División surgía la 1ª categoría Regional. Según los acuerdos estipulados para el ejercicio 1943-1944 quedaba organizada una Tercera División integrada por ocho grupos. El Levante formaba parte del grupo V junto a la representación aragonesa y Acero, Carcagente, Sueca y Olimpic de Xàtiva. Fue el origen de una protesta encrespada por parte de los mandatarios granotas.
El criterio presentado era estrictamente económico en función de la lejanía de los desplazamientos en los partidos ante las escuadras aragonesas. El Levante debía visitar Teruel, Zaragoza y Huesca. La queja estaba amparada en la legalidad de las disposiciones establecidas. Los clubes podían verbalizar sus razonamientos en los plazos estipulados por el organismo rector del fútbol. El Levante hizo uso de esta potestad para elevar una petición de cambio a Madrid.
No obstante, sus movimientos fueron anteriores a los pactos alcanzados por la Federación. “Con anterioridad, en 21 de julio, elevamos una razonada súplica antes de conocer la composición de la Tercera División, haciendo constar los méritos deportivos, los sacrificios y adversidades del club y los perjuicios que se nos podría irrogar. Pedimos que se tuviera presente al formar la Segunda División, a aquellos Clubs que se habían ganado el derecho a la Liga de 24 Clubs. O bien formar la Tercera con 24 Clubs y tres grupos de ocho”, resaltó un directivo levantinista en el Diario Deportes el 30 de julio de 1943.
El equipo que ejercitó Redó se coronó en la competición regional para vislumbrar a sus rivales desde los más alto de la clasificación. En catorce confrontaciones extrajo nueve victorias, cuatro igualadas y fue sometido en una única ocasión. Cerró el trayecto liguero con la suma de veintidós puntos y cuarenta y tres goles. El Carcagente siguió sus pasos desde la distancia con diecisiete. No obstante, habría que puntualizar el sentido de aquella competición con un acentuado sabor valenciano en virtud de los rivales reunidos: Carcagente, Olímpico de Xàtiva, Acero, Nules, Sueca, Onteniente y Torrent.
El Levante disputó el cetro ante el Atlético Zaragoza en una confrontación dual que nació el 30 de enero de 1944 en la capital maña. En el campo de Torrero adquirió ventaja tras el gol de Pastor. El 13 de febrero en Vallejo redujo a cenizas a su oponente (4-0) con dianas de Ricart, Pastor, Segarra y Mamblona. El triunfo trasladó al colectivo granota a la Fase Final de Ascenso a Segunda División junto al Elche, Málaga y Mallorca. El Levante no alcanzó el éxito por esta vía de acceso. Sin embargo, al colectivo custodiaba una última bala que le llevó hasta el Metropolitano con el Baracaldo como oponente. El triunfo vasco alejó a equipo blaugrana del ansiado ascenso.