El póster ejemplifica el sentimiento que embargó al levantinismo tras consumar el regreso a la Primera División cuarenta años después del único precedente que parecía perpetuarse en la historia de la sociedad azulgrana. Situamos la acción en junio de 2004 para tratar de recrear este relato de emociones y de estremecimiento. Los goles de Rivera y de Reggi en el feudo de Chapín rompían un anatema que amenaza con condenar a la entidad. La vuelta a la elite se resistía desde el nacimiento de la década de los años sesenta cuando el viejo Vallejo rugió para certificar el tránsito a Primera. Desde esa fecha el club pareció instalarse en un páramo desértico.
En Xerez, en una tarde soleada, muchas generaciones de granotas lograron alcanzar la paz espiritual al calor del retorno a la máxima categoría del fútbol nacional. Aquel Levante se proyectó hacia una dimensión desconocida. El cartel es una donación de Lorenzo Darder Cortijo. En el mural convergen la totalidad de los protagonistas de la gesta conquistada bajo el manto protector de Manuel Preciado. El añorado entrenador cántabro adquiere importancia entre el elenco de los personajes que van apareciendo. Su autógrafo personalizado brilla en una esquina del cuadro. Su rúbrica confiere trascendencia a este documento histórico por cuestiones más que evidentes. El hecho aumenta el valor de esta imagen. Aunque Manuel Preciado persiste en la memoria del balompié y del Levante, y aunque su espíritu perviva y resplandezca desde la eternidad, ya no está entre nosotros.
La imagen de los jugadores azulgranas recorriendo las principales arterías de la ciudad en un autobús descapotable domina la escena. Mora, Aganzo y Jesule miran fijamente a la cámara que inmortaliza esa secuencia. Descarga, Pinillos o Juanra parecen ajenos a esta circunstancia. Los defensores comparten con los seguidores la alegría por el hito conseguido, principalmente Descarga y Pinillos quienes hacen ondear una bufanda con los colores azulgranas al viento. Al fondo se intuye a Rubiales y a Raúl Ruiz, segundo entrenador. Hay espacio para la representación del penalti transformado por Rivera, que supuso el inicio de la rebelión granota tras el gol local, y para las banderas del Levante.
Entre estas fotografías se enmarca la leyenda “DE PRIMERA” y la fecha del 5 de junio de 2004. Alrededor se entremezcla un catálogo de personajes y también de emociones. El itinerario incluye reacciones de testigos directos del ascenso bien en tierras andaluzas, bien en tierras valencianas con momentos del partido así como fotogramas del regreso de la expedición a Valencia.