Enrique Herrero entrega al Museo Virtual del Levante U.D. una joya de un fútbol difícil de imaginar en la actualidad. Su fidelidad a la casa granota se atestigua con el presente artículo. Se trata este de un abono anual infantil para el curso 1952-53. Se especifica, de forma clara en una leyenda que aquí no hemos incluido, que se trata este del primer abono de la entidad levantinista, ubicada por aquel entonces en el Campo de Deportes de Vallejo. La tenacidad de los seguidores levantinos era mucho más aguda en estos tiempos, teniendo en cuenta que el club no pasaba por su mejor momento deportivo. Bajo las órdenes de Rafael Arnal, al equipo le esperaba una auténtica travesía por el desierto en una especie de categoría regional, después de haber disfrutado durante seis años seguidos de la categoría de plata del fútbol español. Dicha categoría no será alcanzada hasta dos cursos después, cuando en la 1954-55 volvería a emplazarse en esta escala para, salvo el impasse de la 55-56, mantenerse en la élite del fútbol y, consagrarse así, como uno de los equipos posibles para alcanzar la gloria de la primera división.