Benjamín García y Miguel Cubel relatan la intrahistoria de la concesión del Sello Conmemorativo del Centenario del Levante por parte de Correos. Suele ocurrir; detrás de un sobresaliente acontecimiento hay infinidad de cuestiones que pueden parecer más insignificantes, pero que adquieren relevancia. Los hechos remontan a la temporada 2009-2010. Aquella campaña estuvo marcada en el plano institucional por la celebración del primer centenario de vida de la institución azulgrana. Benjamín y Miguel aúnan a la condición de fieles simpatizantes y de abonados a la causa granota, su afición por el mundo de la filatelia.

Durante unos meses volcaron todos sus esfuerzos en la concesión del Sello Conmemorativo a semejanza de otras efemérides de esa misma índole protagonizadas por diversas entidades centenarias del fútbol español. Formularon esta petición a través de la Peña levantinista del Centenario que, por entonces, representaban, y en la actualidad lo siguen haciendo, en calidad de presidente y vicepresidente. No obstante, fue una labor que ellos lideraron en primera persona. Benjamín y Miguel centraron todos los sentidos y todos sus esfuerzos en la consecución del desafío establecido.

Había precedentes en tal sentido. No había razones para que Correos desoyerá la petición que capitaneaban. Tenían un conocimiento milimétrico y exhaustivo de los clubes futbolísticos que habían recibido tal distintivo en virtud de su naturaleza de centenarios. Habían documentado con meticulosidad de detectives cada uno de los casos. “Teníamos derecho a ser iguales que cualquier otro equipo”, manifiestan.

El recorrido no fue sencillo. Hubo que sortear inconvenientes y trabas que nunca mermaron su confianza. Con una paciencia de santo y con una laboriosidad más propia de un artesano lograron esquivar los contratiempos que surgieron por el camino hasta alcanzar una solución satisfactoria. La batería de argumentos que fueron presentando venció a las objeciones iniciales, aunque ellos en un tono más jocoso resaltan que lograron el objetivo “por pesados”. “Eramos más jóvenes y teníamos más ganas”, apostillan cruzando risas de complicidad. “Conseguimos lo que anhelábamos; tener el Sello del Centenario de nuestro equipo”, resaltan con un punto de emoción. “Fue una alegría muy grande”, confirman al unísono.

La Concesión definitiva del Sello Conmemorativo supuso que el Levante como entidad entrara en liza. “El motivo que debía aparecer en el sello debía de partir del propio club. Correos no entra en esos aspectos. El club diseñó el motivo que apareció en el sello”. Al margen de motivaciones más personales y subjetivas, había una propuesta evangelizadora en la propuesta. Miguel y Benjamín lo explican. “El Sello tiene una trascendencia internacional. Un sello recorre prácticamente todo el mundo. De hecho Correos cuando emite un sello hace un folleto en varios idiomas. Es una forma de dar visibilidad al club”, relatan. El proceso quedó completado en la jornada del 22 de abril de 2010 en el marco de la Petxina en un acto que ratificó que el Levante ya disponía de su Sello del Centenario.