La entente entre Toni Lloret y el Levante comenzó formalmente en el verano de 1976. El atacante cambió la camiseta amarilla del Cádiz por la azulgrana de la sociedad levantinista para competir en el ecosistema de la Segunda División. Atrás quedaba su estancia en el Nàstic de Tarragona y en el Acero. No obstante, todo podría hacer empezado con anterioridad. El Levante seguía los pasos del jugador desde mucho tiempo atrás.

Todavía con el club instalado en el viejo campo de Vallejo hubo una tentativa para fichar al veloz futbolista de Burjassot que no llegó a consumarse. Lloret debutó como granota marcando el gol del triunfo ante el Pontevedra en el actual Ciutat de València. Fue en la segunda jornada del curso 1976-1977. Esa temporada anotó seis dianas en la competición liguera.

Aquel Levante descendió por el goal-average tras un triple empate a 34 puntos entre Calvo Sotelo, Pontevedra y Levante. La campaña siguiente, en el estreno de la Segunda División B, conoció las caras antagónicas del fútbol. Fue titular indiscutible durante la estancia de Dauder en el banquillo. Sin embargo, la llegada de Pachín eclipsó su figura hasta desaparecer de las alineaciones e inclusive del equipo toda vez que dejó de entrenar con la primera plantilla.

Su relación contractual con la entidad de Orriols concluyó a la finalización del ejercicio 1977-1978. Años más tarde, ya hacia mediados de los ochenta, el Levante se aposentó en el campo de Los Silos de Burjassot en el partido que significó el adiós de Lloret como futbolista.