El legendario portal de Vallejo ha resucitado en el tiempo para regresar formando parte de la exposición ‘DE GRANOTES, GATS I PALMERES, els orígens del Levante UD’. El mítico acceso al coliseo de la calle de Alboraya emerge de nuevo en uno de los patios de L’ETNO. Infinidad de generaciones pertenecientes al Gimnástico FC y posteriormente al Levante UD, tras la fusión entre las huestes gimnastiquistas y el Levante FC, atravesaron este mítico portalón cada fin de semana para acceder al feudo azulgrana en jornada futbolística. El ritual se perpetuó en el tiempo. Hay que recordar que el coliseo de Vallejo fue arrendado por el Gimnástico a mediados de los años veinte. El 29 de noviembre de 1925 el decano de la ciudad de Valencia se enfrentó al Saguntino (6-0) en el duelo que significó su estreno oficial. Su despedida coincidió con el último partido del ejercicio 1967-1968.

La puerta ya formaba parte de este entorno. No fue una edificación alzada tras la llegada del Gimnástico. De hecho, el nombre de Vallejo responde a la familia propietaria de este terreno que posteriormente acondicionó la directiva azulgrana para la práctica del fútbol. El portal de Vallejo se convirtió en una de las principales singularidades del complejo deportivo. Este sorprendente acceso estaba ubicado en la calle del Poeta Bodría. Había que aventurarse por un alambicado callejón antes de contemplar esta particular entrada al campo. Después había que recorrer un amplio espacio antes de adentrarse en el interior de las gradas que daban forma al estadio.

Nada más atravesar el portal de Vallejo había una palmera que alimentó la leyenda del gato y la palmera antes del ascenso a Primera del curso 1962-1963. Cuenta la tradición que después de una fallida promoción de ascenso ante Las Palmas, curso 1958-1959, apareció un felino muerte a los pies de la palmera con una inscripción que venía significar que “cuando el gato subiera a la palmera, el Levante subiría a Primera”. El fabuloso ascenso a la elite del 63 se festejó a los pies de aquella palmera. A la izquierda del pórtico emergían las oficinas del Levante.

El portal de Vallejo, el gato y la palmera son símbolos adscritos a la memoria y al imaginario de los levantinistas. Los granotas han ido trasmitiendo de padres a hijos esta simbología que el tiempo transformó en una divisa del levantinismo. Vallejo recupera su imagen en una sentida y acertada recreación. Muchos granotas podrán recordar a sus mayores atravesando el fantástico portal de Vallejo antes de sumergirse en la muestra DE GRANOTES, GATS I PALMERES, els orígens del Levante UD’ que estará en L’ETNO hasta finales de junio de 2023.