Quizás fuera una de las actividades cenitales de la exposición ‘DE GRANOTES, GATS I PALMERES, els origens del Levante UD’ que estará abierta al público hasta el próximo 30 de junio. En la grandiosa sala Alfons el Magnànim jugamos con el tiempo para recrear el histórico ascenso de la escuadra granota al marco de la Primera División. Desde el invierno de 2023 nos trasladamos de un plumazo a la primavera de 1963 para rememorar las andanzas de aquel colectivo que en la jornada del 2 de junio alcanzaba la máxima categoría del balompié español. Atrás quedaba una alambicada eliminatoria de promoción ascenso/descenso ante el Deportivo de La Coruña, conocido por entonces como Coruña a secas.
El partido definitivo tuvo como epicentro el egregio escenario del feudo de Vallejo. Las huestes granotas alcanzaron tan magna cita con la adrenalida por las nubes tras la victoria conquistada en el coliseo gallego en el choque que significó la apertura de la confrontación (1-2). Y conjugaron con el triunfo apenas siete días más tarde (2-1).
Carlos Ayats, una de las voces autorizadas del levantinismo militante del presente, viajó al pasado para poner épica a un recordado ascenso que todavía perdura en el imaginario de los estamentos azulgranas. Ayats realizó magia para conceder notoriedad a un encuentro de signo mayúsculo ante la relevancia de los hechos adquiridos en el viejo estadio blaugrana de la calle de Alboraya. Su narración fue tan excelsa como exquisita. La lejanía que acentúa el paso del tiempo no fue un componente inalterable para reverdecer una jornada memorable.
La modernidad y un suceso pretérito se fundieron con Ayats como nexo de unión. Las emociones estaban justificadas. Rodri, Calpe, Pedreño, Céspedes, Currucale, Vall, Castelló, Camarasa, Serafín, Domínguez y Wanderley regresaron a las trincheras del fútbol en una tarde memorable cerrada con el legendario ascenso a la elite. El acto concluyó con una charla coloquio, conducida por Ayats, que contó con la presencia de Paco Nadal, Yolanda Damià y Emilio Nadal. En los prolegómenos Pau Ballester cantó la alineación con la vehemencia que le caracteriza.