Quizás Juanfran se dejara llevar por esa vocación atacante que impregnó su fútbol cuando trataba de conquistar un espacio en este medio tan hostil a mediados de los años noventa del siglo pasado. Quizás esa condición de atacante estaba instalada en lo más profundo de su interior, y por esa razón sus movimientos reflejaran un cierto automatismo cuando se ubicaba en las antípodas del espacio que solía resguardar, por más que el paso del tiempo le llevara a iniciar un prolongado viaje en dirección contraria hasta instalarse y hacer fortuna sobre la geografía de la orilla izquierda de la retaguardia. Quizás Juanfran evocara tardes añejas, pero no olvidadas, cuando la brisa metálica de la categoría de Bronce inundaba el firmamento del Estadio Ciutat de València, en el instante en que, con decisión y vigor, pisó el área de la meta del Helsingborgs para conectar un zapatazo que destronó la meta de Hansson. Fue una tarde de septiembre de 2012 en el coliseo del barrio de Orriols.
Quizás Juanfran, en una milésima de segundo mágica, rememorara la imagen de aquel chico surgido de la clase obrera del barrio de Orriols que soñaba con ser delantero y se convirtió en un competente defensor. Lo cierto es que el gol de Juanfran, un hito en la historia del levantinismo por llevar impreso el sello que lo convertía en el primero conseguido en la fase de grupos de la Liga Europea, varió el sentido de un partido algo denso y de atmósfera condensada para un Levante que, al final, supo mantener esa mínima renta a pesar de los arreones de la escuadra sueca en la reanudación. Pero la pregunta que surje es incuestionable: ¿Fue Juanfran el autor del primer gol en Europa? Todo depende del cariz que adquiera la respuesta. Es evidente que el encuentro ante el Helsingborgs inauguraba la secuencia competitiva del formato de grupos de la Liga Europea, pero unas semanas antes el Levante había dilucidado su pase definitivo en Escocia ante el Motherwell. Y en ese duelo surgió la figura de Juanlu.
Y el atacante andaluz reclamó en primera persona la autoría del gol que estrenó el palmarés anotador del Levante en la Vieja Europa en el campo de los chicos de acero. Y el momento fue sabroso principalmente para los medios de comunicación que cubrían el post-partido ante la escuadra sueca. Juanfran con un pinganillo en el oído relataba la hazaña conseguida. Sus ojos brillaban ante los hechos que había protagonizado con el escudo granota. En los últimos tiempos no se había caracterizado por su estrecha relación con el gol después de replegarse sobre sí mismo para reguardar el lateral.
En ese instante emergió desde el vestuario Juanlu dispuesto a defender la validez del gol conseguido en Motherwell. Fue en la noche escocesa de agosto de 2012. Los dos futbolistas granotas se enzarzaron en un apasionado y encantador debate sobre la paternidad del manido primer gol. Las risas y el buen rollo en los argumentos esgrimidos capitalizaron una situación que quedó inmortalizada. Aquella noche mágica ni hubo vencedores, ni hubo vencidos, pero el paso del tiempo mantiene esa pugna y esa efervescencia impoluta. Juanfran y Juanlu siguen compitiendo por la autoría del primer gol granota en el universo de la Vieja Euopa. Y no parece que el acuerdo sea inminente.