La historia del fútbol está repleta de momentos emblemáticos que dejan huella en la memoria colectiva de los aficionados. Uno de esos episodios curiosos se remonta al final de febrero de 1981, cuando Helenio Herrera, estratega reconocido a nivel mundial, se encontraba al mando del F.C. Barcelona. En aquella época, durante una rueda de prensa previa a un partido crucial contra el Hércules, surgió una pregunta inesperada sobre el posible fichaje de Johan Cruyff por el Levante, equipo de Segunda División en ese entonces.
La mención de Cruyff, ícono del fútbol mundial, suscitó incredulidad y risas en el auditorio. Herrera, conocido por su astucia y clarividencia táctica en el terreno de juego, apostó en tono jocoso que no creía en la concreción de esa adquisición por parte del modesto club valenciano. «No lo creeré hasta verlo jugando con el Levante. Pero volvamos al partido, que es lo que me interesa», expresó entre risas el estratega, intentando desviar el foco nuevamente hacia el juego venidero. No era un partido sencillo. La escuadra alicantina había conquistado a lo largo del curso once positivos como rival. Los positivos, hoy ya en desuso, advertían de su peligrosidad como adversario, aunque el F.C. Barcelona estaba en luna creciente y se postulaba como uno de los principales candidatos a la consecución del título liguero.
Sin embargo, el destino tenía preparada una sorpresa. Al día siguiente, se anunció el debut de Cruyff con la camiseta del Levante frente al Palencia. En un giro irónico, Herrera, siempre afable y con un sentido del humor característico, rectificó su posición con una sonrisa en la siguiente conferencia de prensa. «Sí, dije que me apostaría los calzoncillos si Cruyff fichaba por el Levante. Parece que así ha sido, ¿no? Pues he perdido la apuesta», admitió de manera jovial, reconociendo la calidad de la adquisición realizada por el modesto club de Orriols. “La verdad es que debo reconocer que el Levante ha realizado un gran fichaje y yo me quito el sombrero”. En realidad nunca sabremos con certeza que ocurrió con los gayumbos de Helenio Herrera en esa predicción errónea que efectuó al negar la contratación de Cruyff por el Levante.
Este episodio, más allá de ser una simple anécdota, refleja la personalidad única de Herrera y su habilidad para lidiar con situaciones inesperadas. A pesar de sus éxitos y su agudeza táctica, el mítico entrenador no pudo prever esta sorprendente jugada del club valenciano, dejando una lección de humildad y un recuerdo divertido en la rica historia del deporte rey.
Helenio Herrera, reconocido por su brillantez táctica y sus logros con equipos destacados como el Inter de Milán y el F.C. Barcelona, dejó una marca indeleble en la historia del fútbol. Con su ascendente en la construcción del gran Barcelona de los años cincuenta y sus triunfos en el Inter, demostró su destreza en el terreno técnico. A pesar de haberse distinguido por su agudeza futbolística, este episodio demuestra que hasta los estrategas más astutos pueden ser sorprendidos por el giro inesperado del juego.»