En el raconet los ojos de Emilio Lacruz brillan cuando relata cómo cambió su Aragón natal por la Comunidad Valenciana para enrolarse en las filas del Levante. Era su primera aventura fuera de su hábitat natural. Las palabras y los recuerdos fluyen de manera estructurada y ordenada. Han pasado 40 años, pero su memoria es poderosa. Todo aconteció en las primeras jornadas de octubre de 1973 curiosamente en unas fechas con ascendente para los aragoneses y valencianos. “No me lo pensé cuando me dijeron que el Levante estaba interesado en mí”, manifiesta con rotundidad cuando echa la vista atrás.
Lacruz vuelve al Ciutat con su hijo y su mujer en septiembre de 2024. No imagina la cascada de emociones que van a brotar durante su paseo por el coliseo granota. Todo es inesperado. Llega a Orriols sin conocer con exactitud el recorrido hacia su pasado que va a emprender. La sorpresa es mayúscula. Y la sorpresa, por inesperada, puede provocar alteraciones en el estado emocional. “He rejuvenecido unos cuantos años”, advierte conjugando con la dicha durante su estancia en el Ciutat.
De Zaragoza al feudo de Orriols
Del Zaragoza a la escuadra granota para competir en el marco de la Segunda División, un universo que no le era desconocido tras formar parte del plantel del escudo del león que había regresado a la máxima categoría en el curso 1971-1972. Del feudo de la Romareda en dirección hacia el barrio de Orriols para ceñirse la elástica azulgrana. La decisión no estuvo repleta de enigmas. “Tenía la opción de ir a Salamanca que estaba García Traid de entrenador que además era íntimo amigo mío, pero prefería venir a Valencia. Fue venir aquí y García Traid estuvo varios años sin hablarme. Nos gustaba Valencia”. El 14 de octubre se aposentó en el feudo del hoy Ciutat de València para debutar ante Orense. “Ni me lo pensé cuando supe que el Levante estaba interesado en mí”.
La maldita lesión en Inca
La estancia de Emilio Lacruz en la sociedad levantinista estuvo marcada por la grave lesión que sufrió en un duelo liguera en Inca en marzo de 1975 en el transcurso de un encuentro entre el Poblense y el Levante. Aquella confrontación estableció una especie de frontera. Titular indiscutible durante el relato del ejercicio 1973-1974, su influencia en el ecosistema granota declinó cuando su rodilla estalló en mil pedazos en tierras baleares. No es el único pesar que todavía atormenta su mente. “El primer año lo jugué prácticamente todo en Segunda División (37 partidos en Liga y Copa). La pena es que descendimos y eso que teníamos un muy buen equipo”. No obstante, al final del ejercicio 1975-1976 saboreó el regreso a Segunda, si bien su participación en aquel curso fue testimonial por mor del grave contratiempo sufrido en Inca.
Un regreso repleto de espinas
El regreso al eje de la medular estuvo repleto de espinas. “Estuve tres años, pero me perdí un año por la lesión en Inca. Media temporada por la lesión y luego media de la siguiente por la recuperación. En la segunda temporada jugué alrededor de 14 partidos y en la última temporada jugué tres o cuatro encuentros ya hacia el final”. Antes de su percance en Inca defendió el escudo granota en una titánica eliminatoria de Copa ante el Sporting. En su visita al feudo que un día defendió rescata figuras emblemáticas en la historia del club. Calpe, Caszely o Grau Torralba regresan a las trincheras del fútbol.
La despedida de Emilio Lacruz del Levante, a la conclusión de la campaña 1975-1976, no significó su marcha definitiva de la disciplina del balompié. Su hoja de servicios se extendió en el tiempo hasta superar la cuarentena. Del Levante al Huesca en el marco de la Segunda División B y de la entidad del Alcoraz en dirección al Monzón en Tercera División para finalizar una prolífica carrera a los 41 años en el equipo de su pueblo en Almudévar.
Esta es la trascripción de la entrevista a Emilio Lacruz
-¿Qué recuerdos le trae su regreso al Ciutat?
La verdad es que hacía muchos años que no había estado. Me trae unos recuerdos fenomenales. Estuve muy bien pese a que tuve muchas lesiones. Me acuerdo mucho de mi estancia aquí en el Levante. Fue un honor estar aquí. Me he quitado cuatro o cinco años menos después de esta visita.
– ¿Cómo se gestó su llegada al Levante?
Estaba en el Zaragoza y empezó la temporada y yo no entraba en el equipo. Me llamaron y me dijeron que el Levante estaba interesado en mí. No me lo pensé. Tenía la opción de ir a Salamanca que estaba García Traid de entrenador que además era íntimo amigo mío, pero prefería venir a Valencia. Fue venir aquí y estuvo varios años sin hablarme. Lo malo es que la cosa no salió bien.
-En su primera temporada fue titular habitual
El primer año lo jugué prácticamente todo en Segunda División (37 partidos). La pena es que descendimos y eso que teníamos un muy buen equipo. De hecho, te lo puedo decir; Alonso, portero que también jugó en el Zaragoza, Calpe Zunzunegui Casasas, que venía del Betis, Queremón, Miñes y arriba jugaba Caszely, jugaba yo, estaba Martínez Vilaseca, Ferrer Díaz y Álvarez. Ferrer Díaz se fue al Valencia y yo también pude ir, pero me rompí la rodilla.
-Una pena el descenso del curso 1973-1974
Teníamos un gran equipo, pero descendimos. Íbamos contra los equipos de arriba y sacábamos puntos. Me acuerdo del Rayo. Fuimos a Madrid y ganamos 0-4, pero luego perdíamos en casa. En casa fue un auténtico desastre. Fuera no nos iba mal, pero en casa nada iba bien.
-¿Cómo era Emilio Lacruz en el verde?
Yo jugaba en el mediocampo siempre. Me daba igual un sitio que otro. Me amoldaba perfectamente. He jugado en todos los sitios menos de portero. En el Huesca un entrenador me sacó hasta de defensa central y mira la altura que tengo (risas). Tocaba bien con las dos piernas y físicamente estaba muy bien.
-La lesión de rodilla marco su estancia en el Levante
Estuve tres años, pero me perdí un año por la lesión en Inca. Media temporada por la lesión y luego medio de la siguiente por la recuperación. En la segunda temporada jugué alrededor de 14 partidos y en la última temporada jugué tres o cuatro partidos ya hacia el final.
¿Se acuerda de Grau Torralba?
Estábamos encantados de estar en Valencia. Mi mujer estaba muy a gusto en Valencia. Vine con Grau Torralba como presidente. Era un poco rarillo (risas), pero me llevaba bien con él. Nunca tuve problemas con nadie en el Levante. Venía a entrenar y luego marchaba a casa.
-¿Recuerda a Caszely?
Caszely iba un poco a su bola, pero era un gran jugador.
-Con Miñes haría buenas migas…
Con Ángel Miñes había coincidido en el Zaragoza y también con Alonso. Recuerdo a Calpe a Balciscueta, Álvarez, Benavent, Romea… mucha gente. Fue una etapa muy bonita.
-Se retiró con 41 años. Eso no era muy normal en aquellos tiempos
Me jubilé a los 41 años después de varias lesiones más. No era normal por esas fechas. Después de salir del Levante estuve dos años en el Huesca y después me fui a un pueblo al lado de Monzón y estuve tres años más en Tercera División y luego me fui al pueblo y ya me retiraba, pero había un entrenador que me pedía que les echara un a mano y estuve ocho años jugando con lesiones graves de tibia y menisco. Todos los años me retiraba, pero cuando empezaba a verme bien seguía jugando.