En tiempos de tragedia quizás sea necesario sentir un chute de adrenalina que te rescate desde las sombras de la oscuridad más tenebrosa para guiarte hacia una nueva dimensión emocional. Por nimio que puede parecer cualquier detalle puede ser válido para esbozar una sonrisa que puede desterrar la fatalidad, aunque sea de manera momentánea. Algo así debió sentir Pedro Navarro cuando recuperó el viejo escudo del Levante UD entre las pertenencias del trastero de su casa en Benetússer apenas unos días después de que la DANA asolara el territorio de L’Horta Sud valenciana. “Fue la primera alegría que me lleve desde el puñetero 29 de octubre”. Esta es la historia del escudo granota rescatado de la DANA que Pedro Navarro cede al Levante UD.
La DANA reduce a cenizas L’Horta Sud
Quizás haya que contextualizar la situación para entender el alcance y el significado de esta acción. La fecha del 29 de octubre de 2024 delimita una frontera de separación entre el pasado y el presente. Benetússer, al igual que el resto de localidades limítrofes, sufre los devastadores efectos de una DANA que arrasó con furia todo aquello que se interponía a su paso. Nada parecía contener la inusitada violencia del agua enloquecida. Las calles y las viviendas sufrieron las embestidas de una tempestad demoledora. La virulencia de la riada aniquiló los recuerdos y las pertenencias más preciadas de muchos vecinos. El barro y el lodo se adueñaron de un escenario en el que convivía la vida y el bullicio. Era la imagen del apocalipsis.
El escudo granota rescatado de la Dana que Pedro Navarro cede al Levante entre tinieblas
Pedro Navarro se enfrentó a un universo desconocido. En este caso, tras el infortunio no llega la calma, pero hay que hacer acopio de fuerzas para tratar de regresar a la normalidad. Pedro Navarro se acercó al trastero de su casa para evaluar su estado. Entre el fango vislumbra la silueta del escudo del Levante. Este cuadro de madera tallado a mano condensa parte de su vida.
Su primera reacción es de abatimiento. Infinidad de recuerdos se agolpan en su mente desde un prisma azulgrana. Su testimonio es revelador. “Estábamos sacando todo el lodo y las cosas del trastero. Se me cayó el mundo cuando vi que tenía muchas cosas encima. Estaba pringado en el fango y antes de abrirlo se me caían las lágrimas de pensar que se había estropeado”.
Ejemplo de resiliencia
Lejos de claudicar ante la imagen de la devastación opta por salir al rescate de un objeto repleto de simbolismo desde una perspectiva más personal. Quizás fuera una reacción que nació desde la resiliencia que, en ocasiones, caracteriza al Levante y a levantinismo militante. “Subí corriendo para lavarlo con una manguera y vi que se recuperó razonablemente”. El rictus de la alegría, desdibujado desde la fatídica noche del martes 29 de octubre, regresó a su rostro. “Fue la primera alegría que me llevé desde el puñetero 29 de octubre”, advierte con contundencia. “Cuando lo vi recuperado, me dio un vuelco el corazón”, añade con un punto indisimulado de emoción.
Una señal liberadora
Recibido en herencia hace más de 20 años por parte de un compañero granota que se lo regaló como legado, el escudo había sido un símbolo de orgullo y pertenencia que pendió en su hogar desde el 2001 hasta 2019 cuando trasladó su domicilio desde Albal a Benetússer. Quizás fuera una señal para desterrar la rendición en medio del caos y de la confusión más absoluta.
Pedro Navarro sintió la necesidad de compartir este rescate con efectos liberadores sobre su mente. Podría ser el paradigma de la recuperación en tiempos de crisis. “La imagen del escudo en el fango nos representa a los granotas. Hemos vivido momentos difíciles con el equipo, y verlo salir de esa situación me recordó que siempre hay motivos para la esperanza”.
Un escudo que debería tener el Levante como símbolo de esperanza
A ese pensamiento inicial se le unió una segunda variable que caló en su mente. “Pensé que sería un símbolo perfecto para el club. Algo que nos uniera todavía más. Se me ocurrió escribir en Facebook que me gustaría que lo tuviera el club como símbolo de nuestro equipo y de las dificultades que tenemos históricamente (nada comparable como una Dana)”. Había otra consideración que justificaba esta propuesta. “Algún vecino me sugirió que lo tirara, pero yo no lo podía tirar. No podía deshacerme de este escudo que tanto significado tiene para mí y para mi familia. Para mí lo más especial es que cuelgue en el club como un símbolo de que, aunque estemos en el barro, siempre salimos adelante”.
El escudo pende en el interior del Estadio Ciutat de València y forma parte del relato del Tour
El escudo granota rescatado de la DANA que Pedro Navarro cede al Levante no cayó en el baúl del olvido. No fue una entelequia. Ni una utopía teñida de fantasía. La entidad de Orriols, el barrio en el que creció Pedro Navarro, aceptó el desafío. En el descanso de la confrontación entre el Levante y el Elche, Pedro Navarro y su familia hicieron entrega al presidente y al Consejo de Administración del cuadro de madera tallado a mano con el escudo del Levante rescatado tras la devastadora riada. A día de hoy el escudo granota rescatado de DANA que Pedro Navarro cede al Levante luce con dignidad en el interior del Estadio formando parte del relato del tour por el Ciutat de València.