La temporada 2015/16 no fue de grato recuerdo para el levantinismo aunque el equipo granota comenzó aquel curso batiendo un récord en la entidad: Cumplió la sexta campaña consecutiva en Primera División, algo inédito en el club decano de Valencia. Bajo la batuta del entrenador Lucas Alcaraz, que iniciaba su segunda temporada en Orriols, todo parecía indicar que no iba a haber mucha dificultad para lograr la permanencia. La plantilla estaba muy compensada y combinaba la veteranía de futbolistas como Juanfran y David Navarro con jugadores de la casa como Morales o Camarasa y un par de extranjeros de mucha calidad, como el colombiano Lerma y el brasileño Deyverson. Sin embargo, el arranque del torneo fue pésimo. Se empezó perdiendo en casa contra el Celta de Vigo y a partir de ahí se encadenaron nueve jornadas con un balance de cinco derrotas, tres empates y una única victoria contra el Villarreal. Tras cerrarse ese ciclo con dos goleadas consecutivas, de 3 a 0 contra el Real Madrid y de 0 a 4 en casa contra la Real Sociedad, Lucas Alcaraz fue destituido.
Rossi a su llegada al aeropuerto de Manises en enero de 2016
Pero con la llegada del nuevo entrenador, Joan Francesc Ferrer Rubi (debutante en Primera División), la escuadra azulgrana tampoco experimentó un cambio sustancial en juego y resultados. El técnico catalán cogió al equipo como farolillo rojo a finales de octubre de 2015, pasaron las jornadas y seguía sin salirse de los puestos de descenso. Así que en el mercado de invierno se incorporaron refuerzos para tratar de revertir la situación. Dos nuevos delanteros llegaron al club: El colombiano Mauricio Cuero y el italiano Giuseppe Rossi. La apuesta fuerte fue por el sudamericano, el fichaje hasta ese momento más caro de la historia de la entidad y a quien, además, se le hizo un contrato por cinco campañas. El trasalpino solo venía (cedido por la Fiorentina, equipo al que pertenecía) para reforzar al Levante esa media temporada que quedaba. Y, sin embargo, la gran inversión granota terminó siendo un fiasco mayúsculo. El rendimiento del colombiano fue absolutamente decepcionante. Hasta tal punto que a la conclusión de aquella Liga, en la que no anotó ni un solo tanto, se decidió rescindir su contrato. Por el contrario Rossi sí cumplió con lo que se esperaba de él y terminó aquella media campaña con seis goles en su haber.
La incorporación del italiano despertó mucha ilusión en la afición granota. Rossi era un delantero top que, durante cuatro temporadas en Primera División con el Villarreal, había alcanzado un promedio de casi 13 goles por campaña. Lamentablemente, al poco de iniciar la quinta sufrió una gravísima lesión, con una rotura de ligamentos en su rodilla derecha que le mantuvo apartado de los terrenos durante casi un año. Tras su recuperación fichó por la Fiorentina y, tras otras cuatro campañas en el Calcio, llegó cedido al club levantino para ayudar a salvarle del descenso a la Segunda División. El domingo 24 de enero de 2016, ante más de mil quinientos aficionados granotes, Giuseppe Rossi fue presentado en olor de multitud en el Ciutat de València.
La presentación de Rossi en el Ciutat de València fue todo un acontecimiento. Los aficionados le mostraron todo su apoyo desde el primer momento. Especialmente simpática fue la bienvenida de José Besalduch “El Gasolina”, un octogenario aficionado granota. Las imágenes de sus efusivos abrazos y cariñosas palabras se viralizaron en numerosas cadenas televisivas españolas e italianas
Y su debut como futbolista fue inmediato. Al día siguiente de su puesta de largo el Levante recibió (en la jornada 21) a la Unión Deportiva Las Palmas. Era un partido vital (como todos los que quedaban hasta el final de aquella campaña) para comenzar a salir de los puestos de descenso. El italiano no estuvo en el once inicial. Faltando un cuarto de hora para la conclusión Rossi sustituyó al delantero Xumetra. El marcador reflejaba un 3 a 2 favorable a los granotes y ya no se movería hasta el final del match. Aquella victoria no permitió abandonar el último puesto de la clasificación pero la salvación quedó a solo dos puntos y parecía que, por fin, comenzaba a verse la luz al final del túnel.
El debut del italiano se produjo el lunes 25 de enero de 2016, en el partido en el que la escuadra granota se impuso a Las Palmas por 3 a 2 en el Ciutat de València. En la foto Rossi avanzando con el balón ante el marcaje del canario Valerón que, con 40 años, se despediría del fútbol aquella temporada
Pero, desafortunadamente, aquel triunfo fue un espejismo. En los siguientes siete partidos el balance fue desolador: Se perdieron cinco partidos, se empató uno y solo se ganó al Getafe en casa por 3 a 0. También es verdad que el calendario no fue propicio porque en esos encuentros se tuvo que jugar contra equipos del nivel del Sevilla, del Barça o del Real Madrid. A partir de su segundo partido como levantinista Giuseppe ya pasó a ser titular indiscutible para el técnico Rubi. Aunque su primera experiencia en el once titular tuvo un sabor agridulce. Pese a marcar su primer gol como granota en el Sánchez-Pizjuán el club perdió contra el equipo hispalense por 3 a 1. Como anécdota decir que el segundo tanto sevillista lo marcó el ex levantinista Iborra que, por el cariño que siempre le ha tenido al equipo de su corazón, decidió no celebrarlo.
Rossi marcó su primer gol como levantinista en el segundo partido que jugó como granota. Lo hizo tras un disparo desde fuera del área en la derrota del Levante en Sevilla por 3 a 1. En la imagen después de anotar aquel tanto
En la jornada 23 el Barça se impuso al Levante en el Ciutat de València por 0 a 2. A la izquierda Rossi presionando al culé Piqué y a la derecha conduciendo el balón ante la mirada del barcelonista Iniesta
En el triunfo del Levante frente al Getafe por 3 a 0 Giuseppe marcó de penalti su segundo tanto como granota. A la izquierda ejecutando la pena máxima y a la derecha celebrándolo con sus compañeros David Navarro y Deyverson
En la jornada 27 el Real Madrid venció en Orriols por 1 a 3 aunque el partido estuvo mucho más igualado de lo que indica el marcador, ya que el club entrenado por Zidane marcó su tercer gol a un minuto del final. A la izquierda Rossi controlando el balón con Casemiro en el suelo y a la derecha tocando el esférico con el madridista Mayoral (granota en las temporadas 2018/19 y 2019/20) al fondo
Justo antes del derbi en el Ciutat el Levante empató a uno frente a la Real Sociedad en Anoeta. Pero el equipo continuaba último y la salvación quedaba a cinco puntos. En la foto Giuseppe avanzando con el balón pese al marcaje de Iñigo Martínez
El derbi disputado en el Ciutat de Valéncia el domingo 13 de marzo de 2016 supuso el momento cumbre del paso del italiano por el club granota. No solo por ser el autor del único tanto del encuentro sino porque su actitud fue la de todo un profesional que sabía muy bien también lo que, emocionalmente, suponía para el aficionado de a pie un partido como aquel. Si a eso se añadía la imperiosa necesidad de puntos que tenía el Levante, Rossi fue consciente de que había que salir a por todas desde el pitido inicial. Y eso fue lo que hizo esa soleada mañana dominical que daba el pistoletazo de salida a la gran semana fallera de aquel año. Desde el primer momento dejó muestras de su indudable clase y a punto estuvo, en la primera parte, de inaugurar el marcador. Un disparo seco de Giuseppe en el interior del área (tras recibir un pase de Morales) fue repelido por el poste de la portería de Gol Alboraya. Y a los veinte minutos de la segunda parte llegó el éxtasis. Tras un saque de banda ejecutado por Juanfran el esférico fue empalmado directamente por el italiano un par de metros antes del punto de penalti y el balón entró ajustado al palo izquierdo de la portería valencianista, haciendo inútil la estirada del brasileño Diego Alves. Y otra anécdota curiosa de aquel espectacular tanto: El defensa que intentó, sin éxito, impedir aquel remate fue el entonces central valencianista Mustafi, a día de hoy futbolista del Levante U.D.
Rossi celebrando el tanto que dio la victoria en el derbi contra el Valencia y, a la derecha, dejándose abrillantar por Deyverson su “bota goleadora” bajo la atenta mirada de Verdú
Indudablemente Rossi estaba de dulce. Porque la jornada siguiente volvió a marcar anotando, de nuevo, un gol de una calidad extraordinaria. Fue en el partido que enfrentó al Levante contra el Deportivo de La Coruña en Riazor y donde, lamentablemente, la suerte no acompañó a los granotes. A los cinco minutos de la segunda parte, tras una gran asistencia de Verza, Giuseppe recortó magistralmente por dos veces al central Arribas y definió de maravilla ante el portero Lux. Un golazo en toda regla. Aquello supuso el tanto del empate tras haberse adelantado el Depor en el primer tiempo. Y así parecía que iba a acabar el encuentro, con unas valiosas tablas para continuar con la buena dinámica. Pero a falta de cuatro minutos para la conclusión, un disparo del deportivista Lucas Pérez dio en el palo y el rechace del esférico dio en la espalda del portero granota Mariño que, involuntariamente, introdujo el balón en la red. Era el día de san José de 2016 y no pudo haber un peor colofón fallero para el conjunto levantino.
Giuseppe Rossi celebrando el gol de bellísima factura que anotó en la desgraciada derrota por 2 a 1 en Riazor del 19 de marzo de 2016
El Levante, pese a todo, siguió luchando por una permanencia que no iba a resultar nada fácil. Tras la injusta derrota en tierras gallegas el equipo dejó escapar dos puntos vitales con la visita del Sporting de Gijón (que también estaba en puestos de descenso) al Ciutat de València. Ese día se enfrentaron último y penúltimo en un duelo dramático donde las circunstancias climáticas (cayó un intenso diluvio) no ayudaron nada. En la segunda parte se fue notando cada vez más la persistencia de la lluvia y el juego se hizo imposible, con un balón que se quedaba frenado constantemente. Y aunque el equipo granota tuvo dos claras ocasiones (con un chut de Rossi que salió alto y un disparo de Verdú que dio en la cruceta a falta de doce minutos para el final) el encuentro terminó con el empate a cero inicial que siguió dejando al Levante como farolillo rojo de la clasificación.
Bajo una tormenta inmisericorde el Levante fue incapaz de ganar un partido importantísimo contra el Sporting de Gijón. Tras el empate a cero final el equipo de Rossi seguía en el fondo de la clasificación
Tras caer por la mínima la siguiente jornada en el Benito Villamarín (frente a un Betis que ganó marcando el único tanto del partido cuando solo restaban nueve minutos para la conclusión) el Levante afrontaba una nueva final en Orriols contra el Espanyol. Y aunque el encuentro empezó de la peor manera posible, poniéndose por delante el club perico con un gol en el minuto seis del paraguayo Hernán Pérez, los granotes culminaron una gran remontada gracias a un gol de Rossi en la primera parte y otro del franco argelino Medjani mediado el segundo tiempo. El italiano volvió a marcar un gran tanto tras ejecutar una falta lateral que acabó en la red tras una venenosa rosca. Tras este triunfo el Levante abandonó el último puesto en detrimento del Getafe y se quedó a solo dos puntos del Granada, que era cuarto por la cola fuera de los puestos de descenso. La salvación, por fin, estaba al alcance de la mano.
Giuseppe en brazos de Verza, festejando efusivamente su magnífico tanto contra el Espanyol. En las celebraciones de sus goles Rossi siempre hacía lo mismo: Miraba hacia arriba señalando con sus dedos al cielo. Iba por su padre, la persona gracias a la cual, este italiano nacido en Nueva York, se hizo futbolista. Tras una larga enfermedad, su progenitor falleció en febrero de 2010. Y desde entonces todos los tantos que anotó se los dedicó a él.
Y tanto que estaba. Porque el siguiente encuentro que tenía que jugar el equipo granota le iba a enfrentar, nada más y nada menos, que al equipo nazarí en tierras andaluzas. Era, sin ninguna duda, el partido más importante de aquella temporada. Y la afición, consciente de su trascendencia, apoyó a su equipo como nunca lo había hecho esa Liga. Tras un desplazamiento masivo de quinientos kilómetros, un numerosísimo grupo de aficionados azulgranas pobló buena parte del graderío del Estadio Nuevo Los Cármenes. Pero la decepción fue mayúscula. El equipo fue vapuleado sin piedad por el Granada, que le endosó un humillante 5 a 1. Incomprensiblemente el once valenciano se mostró apático y sin capacidad de reacción en el encuentro clave de aquella campaña. De hecho, al descanso el partido ya estaba perdido (con un inapelable 3 a 0) y los cientos de levantinistas allí presentes no daban crédito a lo que veían. La escuadra granota volvió a caer a la última posición de la clasificación, la salvación quedó a cinco puntos y, lo que es peor, el varapalo anímico para la afición y el equipo fue tremendo, casi definitivo.
La dolorosísima derrota en Granada por 5 a 1, en un partido nefasto de los granotes, dejó al equipo al borde del descenso. En la imagen Rossi controlando el balón ante dos jugadores nazaríes
En el siguiente partido disputado en casa contra el Athletic pareció que el Levante iba a vencer con autoridad al conjunto vasco. A falta de dos minutos para el final el marcador reflejaba un cómodo 2 a 0 y todo apuntaba a que, al menos, la afición se iba a ver algo compensada de la debacle de Granada. Pero en 180 segundos todo se fue al traste. Susaeta marcó en el 88 y ya en el descuento, tres minutos después, San José logró el empate definitivo. El público se quedó de piedra.
En el incomprensible empate a dos del Levante contra el Athletic Rossi marcó en la segunda mitad pero el gol fue anulado por un fuera de juego muy ajustado. En la foto el italiano entre Etxeita y San José
El equipo se quedaba sin margen de maniobra y el siguiente partido en tierras malagueñas podía certificar, de perderse, el descenso a Segunda División. Y, desgraciadamente, eso fue lo que ocurrió. Aunque esa trigésimo sexta jornada, la antepenúltima del torneo, el Levante realizó un magnífico encuentro y solo la desastrosa actuación arbitral impidió que el club de Orriols continuara con vida, al menos, hasta el penúltimo match del campeonato. Tras adelantarse el conjunto andaluz, Rossi tuvo el empate en sus botas, pero su lanzamiento lo desbarató el portero Ochoa. Morales no falló en la siguiente oportunidad y empató para los granotes al filo del descanso. Y la polémica llegó en el minuto 75, cuando un centro de Cuero lo remató Deyverson y, tras rechazar Ochoa el balón, le llegó a Morales que lo empujó a la red. Pero el asistente levantó la bandera anulando el gol por fuera de juego, cuando el árbitro Bikandi Garrido ya había señalado el centro del campo. Las imágenes televisivas certificaron que tanto Morales como Deyverson estaban en posición correcta. Aquel error garrafal hizo que el Levante bajara los brazos para terminar perdiendo aquel encuentro y la categoría.
Casadesús y Rossi a punto de sacar de centro tras el primer gol del Málaga. La injusta derrota por 3 a 1 tras un clamoroso fallo arbitral certificó el descenso granota a Segunda División
Un Levante de Segunda recibió al Atlético de Madrid en el penúltimo partido de aquella Liga. Que, encima, tampoco comenzó nada bien. Al minuto del pitido inicial el colchonero Fernando Torres adelantó a su equipo. Pero aquel día el equipo granota trató por todos los medios de brindarle una última alegría a aquella afición que ya sabía que sería de plata la siguiente temporada. Y no fue fácil el reto, puesto que el equipo capitalino se jugaba el título liguero que, precisamente, perdió aquel día ante el orgullo torero de un equipo ya descendido. Tras empatar Casadesús en el minuto 30 del primer período el equipo no le perdió la cara al encuentro y ya en la segunda parte, a falta de 60 segundos para la conclusión, Giuseppe Rossi (que disputaba el que sería su último partido como granota) marcó un espléndido gol para sentenciar la remontada. Fue la culminación de un excelente contrataque de Morales que cedió al italiano para que este, con un disparo desde el borde del área, batiera magistralmente al guardameta Jan Oblak. Y así concluyó el breve paso de Rossi por el Levante U.D., un delantero de una calidad excepcional y del que la afición granota siempre guardará un magnífico recuerdo.
El sexto y último gol de Giuseppe Rossi como granota (y también su último partido) tuvo lugar en el intrascendente triunfo por 2 a 1 contra el Atlético de Madrid. Los rostros cabizbajos de sus compañeros Morales, Simao, Verdú y Lerma definen a la perfección la amargura de aquella victoria