Oscurecía el curso 1959-1960 cuando el banquillo del Levante U.D. vivió una transición singular: Bernardino Pérez Elizarán, más conocido como Pasieguito, colgó las botas y asumió el mando del equipo como entrenador. Pasieguito: del césped al banquillo granota en el tramo final de la temporada 1959-1960. Era el nacimiento de una aventura singular como entrenador.

Su nombramiento, formalizado el 18 de marzo de 1960, supuso un cambio poco habitual en el desarrollo de una campaña liguera. Pasieguito, aún en activo como jugador del conjunto granota, reemplazó en el banquillo a Alfonso Aparicio. Ironías del destino Aparicio fue el gran valedor de la contratación de Pasieguito como jugador del Levante.

Pasieguito: del césped al banquillo granota en el tramo final de la temporada 1959-1960

Según la documentación que custodia el Área de Patrimonio del histórico del Levante, Pasieguito aceptó “prestar sus servicios como entrenador del equipo del Levante U.D. por lo que resta de la temporada futbolística 1959-1960, es decir hasta el 30 de junio de 1960 ajustándose a las costumbres y prácticas propias de su labor”.

Antonio Román López, presidente, y Luis Puig Esteve actuaron en representación de la entidad granota. El documento es revelador de la transición desarrollada. Pasieguito: del césped al banquillo granota en el tramo final de la temporada 1959-1960

Un regreso a la casa granota singular

El fichaje de Pasieguito por el Levante fue singular. Referente del Valencia durante muchas temporadas, el centrocampista vivía una situación comprometida en el nacimiento del curso 59-60. Las jornadas soleadas defendiendo la elástica blanca parecían mutar por un paisaje abrupto y repleto de nubes. Los presagios no eran halagadores.

Pasieguito se ejercitaba en solitario en el campo de Mestalla para mantener intacta la forma física. El Valencia emitió una orden que imposibilitaba que un jugador que no estuviera adscrito a su disciplina deportiva pudiera ejercitarse en el feudo blanco.

De fondo subyacía un evidente conflicto de intereses entre Pasieguito y el Valencia. En los mentideros deportivos se especulaba con que el Valencia le había ofrecido el banquillo del Mestalla a cambio de poner fin a su prolongada vida profesional. Parecía una condición imprescindible su alejamiento de manera definitiva del césped.

Pasiego se resistía a asumir la retirada y comenzó a ejercitarse en el campo de Vallejo cuando vetaron su presencia en Mestalla. Asido a ese espacio no le costó en exceso convencer a Aparicio de la calidad y de la condición de sus prestaciones deportivas. El técnico no dudó en recomendar su contratación.

Pasieguito, un fichaje superlativo

Era un fichaje superlativo que aquilataba una plantilla que buscaba su proyección hacia la Primera División.  Las conversaciones entre el preparador, Luis Puig y el propio Pasiego concluyeron con la contratación del centrocampista. El pacto no fue complejo en términos de resoluciones. Y no estaba repleto de cláusulas.

La entente entre el Levante y el jugador alcanzaba el ciclo que restaba hasta el ocaso del curso 1959-1960. Las condiciones eran claras y primaban los aspectos deportivos sobre los intereses económicos. Pasieguito volvía a sentir el aroma del césped desde el punto focal del fútbol. Cada día volvería a ajustarse las botas para entrenar junto a sus compañeros.

Capital en su presentación un duelo ante el San Fernando

Pasieguito se ciñó la camiseta azulgrana en la victoria granota ante el San Fernando en Vallejo. “Era el jugador que el Levante necesitaba para ordenar su juego de ataque. El jugador con experiencia, sabiduría y aplomo que podía darle al equipo el toque técnico que estaba reclamando a gritos”, consignó el Diario Deportes.

Fue en el marco de una entrevista con el protagonista unas semanas después de su conversión como blaugrana. En realidad, fue su reestreno como integrante del Levante. Era posible rastrear su presencia en las filas granotas a mediados de la década de los años cuarenta en una productiva cesión desde el Valencia.

Pasieguito: del césped al banquillo en el tramo final de la temporada 1959-1960. A mediados de marzo permutó el césped por la pizarra para dirigir los últimos partidos de Liga en el universo de la categoría de Plata. Fue el nacimiento de una prolongada carrera en los banquillos. Pasieguito: del césped al banquillo en el tramo final de la temporada 1959-1960.