Es evidente que se trata de otros tiempos y de un fútbol que se distancia diametralmente del tiempo más presente.
A las oficinas del Levante, ubicadas en el coliseo de Vallejo, arribó el 15 de julio de 1963 un telegrama que confirmaba la llegada de José María Vidal en Valencia para enrolarse definitivamente en el proyecto granota.
“Llegaré mañana martes avión sale de Málaga a las tres ruego saque hoy billete para jueves en avión de Valencia a Málaga = Vidal”, advertía el mensaje.
A mediados de julio de 1963 en la planta noble del Levante se trabajaba a conciencia para confeccionar el colectivo deportivo que tenía como desafío hacer frente a la exigencia de la Primera División.
Vidal era un futbolista deseado por la dupla compuesta por Ramón Balaguer y Quique. Era un jugador con una notable experiencia en el ecosistema de la máxima categoría. Su expediente era tan revelador como aclarador. Internacional por absoluto España, conocía los entresijos de la disciplina tras su estancia, entre otros, en el Real Madrid, Zaragoza, Granada. Murcia o Málaga, club del que procedía. Tres Ligas, una Copa de Europa, Una Copa del Generalísimo y una Copa Intercontinental lustraban un palmarés envidiable.
La entente con la entidad levantinista se materializó en la capital de España el 14 de julio de 1963. Eduardo Clerigues y Blas Escrig, como legados del Levante U.D., y Juan Moreno de Luna y Antonio Montañez Muñoz, en representación del C.D. Málaga, clausuraron la operación. La entidad malagueña cedía los derechos federativos del centrocampista a cambio de 300.000 pesetas en concepto de traspaso.
El compromiso alcanzado establecía la disputa de un encuentro amistoso en Vallejo en los primeros días de septiembre de 1963 a coste cero para el Levante. Vidal defendería el escudo granota durante las temporadas 1963-1964 y 1964-1965, si bien la segunda campaña quedaba supeditada al criterio del Levante. En ese sentido, hay que significar que el jugador arrastró problemas físicos durante el curso 1962-1963 durante su militancia en las filas del Málaga. Lo cierto es que José María Vidal completó el contrato que había estipulado con los dirigentes. A lo largo del ejercicio 1963-1964 disputó treinta confrontaciones, incluyendo un duelo de Copa del Generalísimo. Su condición de titular en la competición liguera fue continuada. En la siguiente saltó en veintidós ocasiones al césped.