Vicente Iborra estuvo presente en la formación inicial ideada por Juan Ignacio Martínez para afrontar el estreno europeo ante el Helsingborg. El partido ante la escuadra sueca forma parte de la memoria de la sociedad azulgrana. Aquel histórico choque se disputó el jueves 20 de septiembre de 2012 en el Ciutat de València.
La entidad levantinista estrenó su expediente de victorias en la fase de Grupos en una noche ciertamente memorable. La camiseta pasó a formar parte del museo privado de Iborra. No obstante, desde el tiempo presente es un objeto que el mediocentro desea compartir con el total de los estamentos afines al Levante. Se trata de una donación personal efectuada por uno de los futbolistas más relevantes de la historia reciente de la sociedad granota.
La elástica, que certifica la estancia en la Vieja Europa del Levante del curso 2012-2013, presenta una particularidad que la hace irrepetible en el contexto de la Europa League. La singularidad estriba en la ubicación del número que identifica al jugador en la parte frontal de la camiseta. El diez de Iborra parece alojarse en el interior de un triángulo cuyos vértices estarían compuestos por el escudo representativo de la institución, la marca que vestía al Levante y el patrocinio de aquella legendaria temporada. Fue un caso único y excepcional.
En el resto de comparecencias del colectivo de Juan Ignacio en el universo de La Liga Europea el dorsal que caracterizaba a cada futbolista ya no aparecía registrado en la zona delantera de la camiseta. En el PlayOff de acceso a la competición ante el Motherwell los números eran visibles en la cara exterior de la camiseta, si bien no había rastro de los símbolos de UEFA. Es la otra excepcionalidad que confiera un toque de distinción. En la manga derecha aparece el logo característico de la Liga Europea. En la manga izquierda convive el logo UEFA con la iniciativa de la campaña Respect, promovida por el organismo del fútbol mundial.
Iborra fue uno de los actores estelares de la aventura europea del Levante. Su estela fue continuada en el ciclo de confrontaciones disputadas. El Levante alcanzó la postrera jornada de la fase de grupos con la clasificación para la eliminatoria de los dieciseisavos de final ya garantizada. Unas semanas antes la sobresaliente victoria en tierras suecas ante el Helsingborg dimensionó su proyección. De Motherwell a la fase de grupos junto al Hannover 96, Helsingborg y Tweente y de la fase de grupos en dirección hacia las eliminatorias a doble confrontación ante Olympiacos y Rubin Kazan. Fue el exquisito tránsito firmado por el colectivo granota.