El Levante U.D. afrontaba la penúltima jornada jornada de liga con la esperanza y el anhelo de seguir haciendo historia. Tras una primera vuelta que ilusionó a todo el levantinismo, los objetivos habían cambiado, por lo que el propósito principal residía en continuar dejando la huella granota en la élite liguera española.
El hito debía conseguirse en Montilivi, sede del conjunto gerundense. El Levante U.D. no podía arriesgarse a la consecución de una plaza de Primera División; además, el Ciutat de València y la afición merecían una despedida de la temporada por lo grande, sin sobresaltos ni emociones superfluas finales que pudieran amargar una fiesta bien merecida por todos.
Aitor Fernández encajó gol en la segunda mitad del partido, pero una increíble parada a Stuani en los primeros minutos de partido, sirvió para despertar el espíritu qanador que acabó reflejado de forma patente con la consecución de la ansiada permanencia.
El arquero no solamente mantuvo el cerrojo en la portería levantinista, sino que permitió a todo el levantinismo seguir soñando y tener nuevas aspiraciones de cara a una nueva temporada en la máxima categoría. Los guantes, eficazmente empleados, son la muestra notoria de los esfuerzos necesarios empleados para lograr el objetivo.