Donación de Vicente Romo Capilla
Bajo los mandos de Roberto Álvarez, el club de Orriols consiguió ascender a la categoría de plata del fútbol español. El Levante Unión Deportiva dejaba atrás una larga travesía en el desierto; 7 años en los que la falta de éxitos deportivos, junto con la inestabilidad económica favorecieron que el club se encontrara cerca de su extinción. Ramón Victoria, en la figura de presidente, consigue estabilizar las maltrechas arcas y proyecta a la entidad hasta el universo de la categoría de plata.
El Levante, que militaba en el IV Grupo de la categoría de bronce, impuso su dominio desde los albores de la competición. De igual manera, la A.D. Ceuta seguía de cerca el paseo triunfal del club granota por la tabla.
Significativa fue la 21ª jornada del campeonato de liga, en la cual el Levante U.D. recibía al club ceutí en el Nuevo Estadio. Se trataba este de un encuentro fundamental, teniendo en cuenta las garantías que había mostrado atrás el equipo de la ciudad autónoma. Hablar de Manuel López Santana «Manolo» era sinónimo de resistencia, teniendo en cuenta que el guardameta solo había encajado un gol tras disputar un total de 18 encuentros ligueros. El equipo local, marcó al «Zamora» un total de 5 tantos, hecho que a priori permite pensar en un marcador holgado, teniendo en cuenta el apretado final de 5-4. Con esta victoria, los azulgranas conseguían el goal average ante su inmediato rival.
El ascenso matemático se consigue el 4 de junio en el Estadio Noulás ante el C.F. Nules. La victoria le bastaba al conjunto de Orriols, teniendo en cuenta que ante un posible empate a puntos a falta de tres jornadas, la diferencia de goles era beneficiosa para los mismos. Los goles de Latorre y Corbalán, en dos ocasiones, materializaron el ascenso en esta localidad castellonense. Además, el conjunto se proclamaba campeón del Grupo IV de la 2ª División B.
Tal y como se muestra de manera evidente en el banderín, el campeonato liguero terminó el 25 de junio de 1989. El club despidió la temporada como local en un encuentro ante el Lorca, que terminó ganando por 4-2. El banderín, de dimensiones reducidas, fue elaborado en un intento de crear una masa social fiel y firme de aficionados y por demostrar a la ciudad de Valencia el orgullo de ser granota.