Este documento, debidamente sellado por el club y firmado por el presidente, Antonio Román, fue recibido por cada uno de los integrantes que componían la nómina de jugadores del curso 1950-1951.
Se establecían unas normas disciplinarias que los jugadores debían cumplimentar en aras al perfecto funcionamiento de la entidad. Este reglamento determinaba unos códigos de conducta y pautas a seguir.
El escrito advertía que los futbolistas tenían la obligación de consignar su firma en el libro de asistencia a los entrenamientos que estaría a disposición del entrenador. Se trata de fiscalizar la presencia de los integrantes de grupo en las habituales y cotidianas jornadas de trabajo. El preparador, a su vez, presentará el mencionado libro a la Comisión Técnica para conocer el comportamiento de los futbolistas. Los miembros del plantel estarán obligados a acudir al local social del club los viernes de 20:00 a 21.00 horas con el fin de recibir las pertinentes instrucciones por parte de los dirigentes granotas.
Asimismo, se le hará entrega a cada futbolista de dos entradas para Estadio de Vallejo, en el caso de que el Levante ejerza de local. Los jugadores lesionados deberán comparecer en los horarios fijados en los entrenamientos. Es importante que acudan para mantener los lazos de reciprocidad del colectivo.
El reglamento interno fija las primas marcadas para la temporada. La victoria en Vallejo se premia con 150 pesetas. Los triunfos, en condición de foráneo, ascienden a 300 pesetas. La igualada lejos de Valencia se paga a 200 pesetas. Se estipula un cuadro de sanciones con el fin de estimular el cumplimiento de estas normas. Las faltas de indisciplinas más graves acarrean una multa de 100 pesetas. Las sanciones serán descontadas de las mensualidades recibidas.