Ostentó el rol de capitán de la plantilla que logró el ascenso a Primera División en el curso 1962-1963. Esa condición le une a perpetuidad a la historia levantinista. Aterrizó en Vallejo en la segunda mitad de los cincuenta procedente del Portuarios para quedarse en el primer equipo. Fue un centrocampista de brega y lucha. Su ciclo comprende entre las campañas 1957-1958 y 1963-1964.