Fue un caso de precocidad con la camiseta azulgrana. Debutó en en el Levante en Segunda A con 16 años con Pachín como técnico. Tenía personalidad y astucia en el interior del área. Fue Uno de los héroes del regreso a Segunda B en el curso 1983-1984. En la campaña siguiente marchó al Elche para emprender una notable carrera.