Simbolizó el ascenso a Primera del ejercicio 2003-2004. Fue un jugador diferencial en el esfuerzo y en la creatividad. Fue el brazo armado sobre el campo de Preciado. Intenso e imaginativo, en el Levante condensó la esencia de un fútbol que le hizo capital. Una referencia. Al final del curso 2004-2005 marchó al Betis.