Santiago Gómez Pintado, conocido como Montejano en los ambientes futbolísticos, compitió en 1995 junto a Florentino Pérez y Ramón Mendoza por la presidencia del Real Madrid.
Unas décadas antes defendió el escudo de la entidad azulgrana. Fue en la temporada 1958-1959. Y la experiencia debió dejar poso en su interior. Así lo manifestó en una carta manuscrita.
La misiva, dirigida a Antonio Román, “el mejor presidente que jamás tuve”, como recalca en su introducción, está datada el 11 de agosto en Santander.
El mediocentro se había enrolado en las filas del Racing Club de Santander en calidad de cedido por parte del Real Madrid, su club de origen. Repetía condición tras su exitoso paso por el Levante. Fue una de las objeciones planteadas por el centrocampista, siempre sin desterrar un tono de máximo respeto hacia la sociedad de Vallejo y hacia la figura de su principal mandatario. Montejano no acertaba a descubrir las causas argumentales que explicaran la cesión conseguida por parte del Racing Club. Se preguntaba por qué el Levante no había convenido un pacto con el Real Madrid que formalizara su vuelta al feudo de Vallejo.
El futbolista acentuó la calidad de la plantilla que la dirección deportiva estaba fabricando y resaltó el hecho de tener que cruzarse con la sociedad valenciana en el marco de la competición liguera al militar en espacios grupos separados como inquilinos de la categoría de Plata. La emotividad de su discurso fue en continuado ascenso hasta reclamar la condición de socio de la entidad, pese a la lejanía que distanciaba Santander de Valencia.
Montejano admite en este escrito sentirse dolido ante las cantidades económicas adeudadas por el Levante, si bien recalca que la catarata de recuerdos producidos mientras se dirigía al presidente dejan en un plano secundario este aspecto.