La Junta General del Gimnástico F.C., celebrada en la jornada del seis de abril de 1923, adquiere magnitud principalmente por la potencia de la información que proyecta.
La traslación al libro de Actas de la institución de los hechos acontecidos se convierte en un testimonio sumamente ilustrativo del funcionamiento interno de la sociedad. Desde el tiempo presente permite recrear un pasado que se resiste a caer en el olvido. De ahí el incuestionable valor que tiene. En la sesión, presidida por Luis Mingo, se debatió con profusión sobre la reforma del Reglamento Interno del Club que afectó a distintos artículos finalmente transformados, según recoge el escrito.
La entidad acentúa su carácter eminentemente deportivo desterrando debates políticos y religiosos. Es un aspecto sustancial; un punto de partida. De hecho, confina este tipo de polémicas de los salones de su sede social, sita en ese momento en la calle Garrigues número 2, y en el interior del campo. No es el único contenido a realzar. El documento ejerce de notario porque es un reflejo de la vida cotidiana de la institución. Desde un prisma social es posible establecer tres categorías.
Existen socios Honorarios, Fundadores y de Número. Hay una graduación en virtud de las jerarquías. En la cúspide se hayan los socios Honorarios. No pueden exceder el 5% de los socios Fundadores. Son nombrados a propuesta de la Junta Directiva. No obstante, compete a la Junta General certificar las designaciones finales.
Son socios Fundadores todos que figurasen en las listas elaboradas en el club a fecha de la reforma promovida (abril de 1923) y aquellos que al solicitar su ingreso aportaran la cantidad de mil pesetas en metálico como cuota de entrada. Una vez realizado su entrada estaban obligados a asumir una contribución de cinco pesetas mensuales.
Los Socios de Número se dividen en dos grupos; adultos e infantiles que a su vez se subdividen en A, B y C en función de las cuotas asignadas ( seis, cuatro y dos pesetas mensuales). La segmentación es la misma en infantiles abonando tres, dos y una peseta al mes, según su inclusión en uno de los tres grupos. Los socios de Número abonarán una cuota de quince pesetas de entrada, para los adultos, que se convierte en cinco para los infantiles.
Se considera socios Infantiles a aquellos jóvenes en edades comprendidas entre los ocho y los quince años. Los jugadores (equipiers en su acepción inglesa) y los deportistas que practiquen alguna disciplina defendiendo el escudo del club estarán exentos de pagos. Es un aspecto que distancia al socio del jugador.
Limitado el ingreso de nuevos miembros, por la capacidad del Campo de Deportes y Domicilio Social, tendrían preferencia los aspirantes que conjuguen en armonía con los postulados defendidos por la entidad. En ese sentido, hay derecho de admisión. Quedan excluidos como socios los menores de ocho años y las señoras.
No obstante, podrán acceder al interior del campo en caso de presentar parentesco con los socios. Las retribuciones de los afiliados son la base contributiva de la economía del club. Se trata de la partida más relevante junto al dinero que procede de las taquillas de las confrontaciones. El documento certifica la importancia de mantener una concordancia con los pagos estipulados.
Así los abonados que dejaran de satisfacer dos cuotas mensuales consecutivas perderían tal condición de manera inmediata. Y el castigo afectaba la totalidad de los estamentos. Los Socios Fundadores que dejaran de remunerar sus cuotas perderían inmediatamente sus derechos y deberían sufragar otra vez las mil pesetas como cuota de ingreso.
La Junta General vierte datos de relevancia acerca de la composición y de las atribuciones de la dirección Directiva. La jefatura recae en la Presidencia. Es el máximo mandatario de la entidad y su figura está revestida de amplios poderes para legislar.
Únicamente los Socios Fundadores podrán acceder al órgano rector integrado por un vicepresidente, un secretario, un vicesecretario, un contador, un tesorero y diez vocales. No obstante, si no hubiera suficientes Socios Fundadores para cubrir los cargos, podrían acceder a las vacantes los Socios de Número, si bien estos no tendrían voto convirtiéndose exclusivamente en un cuerpo meramente consultivo.
El Consejo Directivo, que se reunía mensualmente y cada vez que el Presidente o cuatro de sus componentes lo consideraran, labora para garantizar el orden y la estabilidad económica, deportiva y social del club. La Junta General de abril de 1923 concluye estableciendo una comisión para negociar con los dirigentes del Stadium Valenciano S.A.
En el vértice de ese comité surge la figura de Luis Mingo en calidad de principal responsable de la institución. El cometido de esta delegación creada fue pactar las condiciones para convertir el Stadium en el escenario de las andanzas deportivas del Gimnástico.