A finales de la década de los años cincuenta la junta directiva del Levante U.D. debatió, en las apasionadas reuniones semanales que mantenía, sobre la posibilidad de iluminar el Estadio de Vallejo.

No era una banalidad. El hecho confería modernidad y la opción de aumentar la oferta de los encuentros disputados como local incluyendo la nocturnidad en la secuencia de los horarios programados en competición oficial. En ese punto existía unanimidad entre los dirigentes de la cúpula directiva. La cuestión era atractiva ante las oportunidades a generar, si bien había que resolver la cuestión monetaria.

Al club llegaron diversas proposiciones. Uno de los proyectos planteados estaba respaldado por la empresa Lumex S.A. originaria de la ciudad de Barcelona. La experiencia era un grado para esta compañía que había instalado la luz eléctrica en el Estadio de Les Corts, propiedad del F.C. Barcelona. Lumex realizó un completo y analítico estudio para alumbrar el feudo de Vallejo. El precio de las estimaciones efectuadas superaba las trescientas mil pesetas. No fue el único diseño. La empresa que dirigía Emilio Bello se dirigió a la entidad con un nuevo ofrecimiento que no llegó a cuajar. Las condiciones expuestas por el Levante consistían en abonar el importe del coste total de la operación en base a un porcentaje establecido de los espectáculos que necesitaran de la luz artificial para su desarrollo. Con esta iniciativa no fue viable incluir a Vallejo dentro de la oferta de la noche valenciana.