Era un veterano de guerra cuando llegó al Levante. No tardó en convertirse en uno de los guías espirituales en el ascenso a Segunda A del curso 1998-99. Un año más tarde volcó su experiencia en el regreso a la categoría de Plata. Colgó las botas en Orriols en 2000 para ejercer tareas de segundo entrenador de José Carlos Granero.