La Copa España Libre: La Celebración
Declaraciones Valencianistas
Rodríguez Tortajada (presidente del Valencia) demostró saber perder: “Es merecida la victoria del Levante y sería injusto no reconocerlo así”. Además elogió la gran actuación del árbitro Menal. El técnico Colina ironizó con el nulo resultado de las camisetas rojas, que no sirvieron para vencer. Y el medio centro Iturraspe achacó la derrota al desacierto arriba: “Lo que ha fallado ha sido la delantera”.
Declaraciones Levantinas
El defensa Arater fue claro: “El Valencia no le puede al Levante. Le hemos tomado el pulso y acaban por caer”. Y el gran delantero Gaspar Rubio estaba exultante: “Han salido con las camisetas rojas creyendo que esto les daría la suerte. Blancos o rojos habrían perdido lo mismo. No tienen delantera... Todavía confío en jugar otros dos años al fútbol, contando en que termine esa condenada guerra”.
El Levante, otro Campeón
El Levante fue otro campeón más de la Copa de España desde su nacimiento en 1902. Así quedó reflejado por El Mundo Deportivo que, al lado de la crónica de la final ganada por el Levante, adjuntó este listado con todos los campeones coperos, los subcampeones y las ciudades que albergaron las finales. Una prueba más de que este título era la Copa de España de toda la vida.
La Final de Valencia
1937 ha sido el peor año del Valencia en su rivalidad con el Levante. En la Liga del Mediterráneo perdió en Mestalla y solo pudo empatar en la vuelta. Y en la Copa cayó en la final tras dos goleadas durísimas en la liga previa. El 1 de agosto se jugó en Mestalla la revancha de la final de Sarriá. Se vendió como un "reñidísimo partido entre los dos eternos rivales”. Pero el Levante le volvió a golear, esta vez 2 a 4.
La gran Fiesta final
El 8 de agosto de 1937, tras la nueva goleada levantina en Mestalla, se disputó en Vallejo un amistoso entre el Levante y el Gimnástico. El objetivo fue homenajear a los grandes triunfadores de la Copa y brindar así un merecido tributo a la afición de los Poblados Marítimos. El 4 a 4 final dejó claro que la diversión fue absoluta. Como recuerdo de aquel día quedó este mítico intercambio de banderines.