El banderín presenta la cuarta edición del Trofeo Costa de Valencia que organizaba el Levante como sociedad deportiva en la década de los años setenta. La información podríamos advertir que es copiosa y detallada. Todo lo que el aficionado granota debería conocer para circunscribir una competición, que preludiaba el nacimiento de la temporada 1975-1976, aparece impreso en este blasón en el que predomina con claridad el color amarillo. Desde las fechas escogidas para la materialización del torneo veraniego, hasta el escenario del hoy Estadio Ciutat de València, incluyendo en el registro el nombre de los clubes contendientes sobre el verde, así como cuestiones vinculadas al patrocinio del evento que introduce al Ayuntamiento de Valencia.
RCD Español, CD Toluca y Levante UD lucharían por la majestuosa y señorial copa que legitimaba al vencedor de este certamen. El fin de semana entre el viernes 15 y el domingo 17 de agosto había actividad sobre el pasto del feudo del barrio de Orriols. Los partidos se sucedían ante las gradas del coliseo granota. Sin embargo, el sagaz conocer de la historia de la institución azulgrana es posible que ya haya detectado que este banderín puede llevar a la confusión. En la presencia del CD Toluca radica el quid de la cuestión. Apenas unos días antes de la presentación oficial del trofeo la prensa valenciana confirmó que el CD Toluca finalmente no se desplazaría hasta tierras valencianas para participar en el concurso futbolístico planeado por la cúpula de la directiva que presidía Manuel Grau Torralba para el verano del 75.
Ese contratiempo motivó que la entidad blaugrana con el mandatario como principal estandarte se movilizara con celeridad en aras a mitigar esta notable ausencia. Y las miradas se posicionaron en el CD Castellón. La entidad albinegra aceptó la invitación cursada por la delegación azulgrana con el fin de trasladar al equipo orellut al entorno del Nou Estadi el fin de semana del 15 al 17 de agosto. De hecho, Grau Torralba presentó en los salones del Hotel Mindoro de Castellón el trofeo. Y los trofeos estuvieron visibles en las oficinas del establecimiento comercial GRAUMAR de Castellón en la calle San Félix. Unos días más tarde repitió la operación en un céntrico hotel de la ciudad de Valencia ante una notable representación de las autoridades valencianas.
¿Y cuál es la razón por la que el escudo del CD Toluca aparece en el banderín junto a los emblemas del Español y Levante? La respuesta no esconde un mensaje encriptado. La contestación es trivial. La presencia del CD Toluca en el momento de la confección del banderín no era objeto de disputa. La entidad mejicana había confirmado su comparecencia para descabalgarse en las jornadas previas al nacimiento del Trofeo. No parece que la ausencia del colectivo de la ciudad de Toluca turbara los ánimos de los mandatarios del Levante. En la puesta de largo del torneo Manuel Grau Torralba incidió con vehemencia en el carácter nacional del certamen. El presidente acentuó una nueva singularidad; el Nou Estadi acogía representación de las tres principales categorías del balompié profesional. El entonces Español defendía el pabellón de la máxima categoría. El CD Castellón competía en la categoría de Plata. Y el Levante ejemplificaba el fútbol de la Tercera División tras quedarse a los pies de la Segunda División en una fallida promoción ante el Alavés. El Espanyol aceptaba el rol de favorito en virtud de su condición de primer divisionista. La presencia del colectivo catalán estaba justificada en el traspaso de Carlos Humberto Caszely desde el entorno de Orriols a la Ciudad Condal durante el mes de junio de 1975. Una de las cláusulas propuestas en la transacción por los mandatarios del Levante fue la intervención del equipo blanquiazul en el torneo veraniego.
La cuarta edición del Trofeo Costa de Valencia se presentó con boato. “El torneo futbolístico que alcanzó la mayoría de edad, organizado por el Levante UD y que en su edición de 1975 ofrece la presencia de tres grandes equipos representativos de las tres categorías nacionales”. Había interés por desvelar las prestaciones deportivas del colectivo que ejercitaba Daucik desde el banquillo. El torneo podía calibrar el rendimiento y las posibilidades de un bloque que partía con el desafío, elevado a la condición de imperativo, de recuperar el espacio perdido en la Segunda División tras caer en la eliminatoria definitiva ante el Alavés en el ejercicio 1974-1975. La herida todavía no había cauterizado por aquellas fechas.
El Levante y el Castellón estrenaron el torneo en la noche estrellada del 15 de agosto. La victoria sonrió a las huestes albinegras (0-1). La entidad albinegra estableció una entente con el triunfo para amordazar al Espanyol de manera inmediata en el tiempo. El domingo 17 de agosto el Levante y Español saltaron al verde de Orriols para clausurar la competición. Los roles quedaron minimizados desde que el balón comenzó a rodar. Martínez Miró y Guri voltearon el gol inicial de Solsona (2-1) para conceder una victoria de prestigio para un Levante que mostró infinidad de virtudes ante un adversario de Primera División.