El 4 de febrero de 2007 la cosa no pintaba nada bien para el Levante UD. Ese día los granotes (antepenúltimos y en puestos de descenso a Segunda División) visitaban al Real Madrid en su casa, el imponente Estadio Santiago Bernabéu. Los tres precedentes no invitaban al optimismo. Dos goleadas en los años sesenta (3-0 y 4-1) y una humillante manita (5-0) en la temporada 2004/05. Doce goles encajados y sólo uno anotado (el de Luis Rivera el 13 de diciembre de 1964). Y, además, en la primera vuelta de aquel curso 2006/07 el Real Madrid había avasallado 1 a 4 al Levante en el Ciutat de València, con un hat trick del delantero holandés Van Nistelrooy. Pero el técnico Abel Resino, que dos jornadas antes había accedido al cargo tras la destitución de Juan Ramón López Caro, sabía que se necesitaba un golpe de efecto inmediato para cambiar la dinámica de un equipo que tenía que creer que la salvación estaba en sus manos. Y el coliseo blanco era el escenario perfecto aunque, obviamente, no iba a ser nada fácil. Pero la fortuna se alió con la causa granota y los azulgranas (que salieron con las ideas muy claras) encarrilaron el partido de inmediato. En el minuto 10 una cabalgada extraordinaria por la banda derecha de Kapo (el delantero costamarfileño sólo jugó esa temporada en el Levante UD anotando cinco tantos) la concluyó con una asistencia maravillosa a Tommasi que, justo cuando se disponía a marcar dentro del área, fue derribado estrepitosamente por el defensa local Diarra. Penalti de libro, sin discusión. El granota (y ex colchonero) Salva Ballesta cogió el balón con seguridad y lo colocó en el punto fatídico. Y aunque el meta Casillas le adivinó la trayectoria (y llegó a tocar el esférico) no pudo evitar el gol ni la explosión de júbilo levantina.
Tres imágenes de un día histórico para el levantinismo y para Damiano Tommasi. Arriba a la izquierda el momento en el que Salva transforma el penalti que le dio el triunfo a la escuadra granota frente al Real Madrid por 0 a 1 y a la derecha el italiano justo antes de fundirse en un abrazo emocionado con Ballesta tras su gol. Abajo disputando un balón con el capitán madridista Raúl en otro lance de aquel partido
Tommasi acababa de entrar, para siempre, en la historia del levantinismo. Había sido protagonista destacado de la primera victoria del club de Orriols (los siete enfrentamientos anteriores se habían saldado con derrotas) frente al Real Madrid. Y, encima, la había logrado en Chamartín, la casa del club más laureado del fútbol español. Pero Damiano estaba acostumbrado a esa presión, sabía moverse en esos escenarios. Su currículum así lo atestiguaba. Había fichado por el Levante UD a los 32 años, tras jugar diez en la Roma, ganar el Scudetto en 2001, jugar varias ediciones de la Champions League y participar en el Mundial de 2002 de Corea y Japón con la selección italiana, donde llegó a las veinticinco internacionalidades. Curiosamente su debut con la azzurra fue el 18 de noviembre de 1998 en un partido contra España. Además también fue Campeón de Europa con la selección sub-21 en 1996.
Tommasi jugó varias ediciones de la Champions League con la Roma. A la izquierda celebrando (ante la mirada del holandés Overmars) el gol que marcó en la victoria por 3 a 0 contra el Barça en febrero de 2002 y a la derecha disputando un balón con el madridista Zidane en septiembre de ese mismo año
Damiano Tommasi jugó el Mundial de 2002 de Corea y Japón con el combinado trasalpino. A la izquierda junto al sudamericano Delgado en la victoria contra Ecuador por 2 a 0 y a la derecha en la derrota frente a Croacia por 1 a 2 (a sus espaldas el balcánico Olic, autor de uno de los tantos, y su compatriota Totti)
Tommasi, además de un futbolista extraordinario, ha sido un personaje muy implicado socialmente y es sobradamente conocida su faceta solidaria. En numerosas ocasiones ha mostrado su apoyo a personas necesitadas, siendo defensor de los inmigrantes y colaborando en actividades filantrópicas. Padre de familia numerosa (tiene seis hijos) de marcadas convicciones religiosas, siempre ha predicado con el ejemplo. En 1996 se convirtió en el primer futbolista profesional italiano en convertirse en objetor de conciencia, supliendo el servicio militar por la realización de actividades sociales: No quiero servir a mi país sosteniendo un rifle, aseguró. Cuando estaba en la Roma sufrió una grave lesión en 2004 que le tuvo casi un año apartado de los terrenos de juego e hizo algo inaudito. Durante ese tiempo renunció a su salario millonario aceptando cobrar el sueldo mínimo que marcaba la Federación Italiana de Fútbol. Así que la gente empezó a llamarle el futbolista obrero… Pero no fue el único apodo por el que fue conocido. Cuando la Roma jugaba de local, y el speaker enumeraba a los jugadores por la megafonía, siempre le presentaba con el sobrenombre de alma cándida por su bondad dentro y fuera de los campos. Damiano llegó a decir que si le daban un codazo en los partidos no respondería porque sería sólo un mal ejemplo sumado a un mal ejemplo.
Tommasi en la 2006/07, la primera de las dos campañas en las que formó parte de la entidad levantinista
Y, entonces, en el verano de 2006, tras llevar jugando una década en la Serie A en la prestigiosa entidad futbolística de la ciudad eterna, el de Verona decidió cambiar de aires. Y lo hizo fichando por el Levante UD, un modesto equipo español que acababa de ascender a Primera División tras el ascenso logrado en Lleida. Junto a él llegaron otros importantes refuerzos como el centrocampista francés Berson, el delantero francoafricano Kapo y el veterano guardameta español Molina. El técnico sevillano López Caro, que había dirigido la temporada anterior al Real Madrid, se puso al mando de la nave granota y la entidad pensó que con él se lograría la permanencia sin demasiado sufrimiento. Pero no fue así y las cosas se fueron torciendo desde el principio. De la jornada décima a la decimoctava el Levante sólo le ganó un partido al Racing de Santander, empató tres y encajó cinco derrotas. La última en el derbi de Mestalla (que dejó al equipo a un punto del descenso) provocó el relevo del andaluz y la llegada de Abel Resino. Pero con el entrenador toledano la historia no pareció mejorar porque en sus dos primeros encuentros (que además se jugaron en el Ciutat de València) se empató sin goles con el Athletic y se cayó estrepitosamente 2 a 4 ante el Sevilla. La situación aún había empeorado más, el equipo estaba decimoctavo en puestos de descenso, la salvación la marcaban el Celta y el Betis a dos puntos de distancia y el siguiente partido iba a ser en el Bernabéu frente el Real Madrid.
Tommasi el 28 de enero de 2007 en el partido que enfrentó al Levante con el Sevilla
Pero ya se sabe que a los granotes les va la marcha y las adversidades son su hábitat natural. Así que tras la espectacular victoria en Chamartín por 0 a 1 el equipo volvió a ganar en el siguiente encuentro 2 a 1 al Recreativo de Huelva y con esos seis puntos se puso decimosexto en la tabla. Después de un bache de resultados (que volvió a poner a la entidad en una situación delicada) los jugadores dieron, de la jornada 33 a la 37, el apretón definitivo que les dio la permanencia, ganando cuatro partidos y perdiendo uno. Tras el triunfo en Santander por 2 a 3 se logró la salvación virtual, puesto que a falta de dos partidos el equipo le sacaba seis puntos a la Real Sociedad, el primer club en posición de descenso a Segunda. Y en el siguiente se podía certificar logrando un punto en el derbi que se iba a jugar en el Ciutat.
Tommasi junto a Diego Camacho en la goleada por 4 a 2 que el Levante UD infringió al Valencia CF
¡Y vaya si se certificó! El 4 a 2 del 9 de junio de 2007 quedó en los anales del levantinismo. Fue la más amplia victoria granota de siempre en cualquier enfrentamiento entre los grandes rivales de la capital del Turia en Primera División. Y el resultado fue corto para los locales después de los méritos que hicieron unos y otros, ya que los valencianistas maquillaron el resultado y lograron su segundo tanto en el minuto 87, justo después de que Courtois hubiera estado a punto de lograr el quinto con un lanzamiento al borde del área que pasó rozando el poste de un Butelle ya batido. Y ese día Tommasi jugó los noventa minutos de ese match histórico, volviendo a ser protagonista (como lo había sido en el Bernabéu) de otra gesta inolvidable para la parroquia granota. La garra y el coraje de Damiano había sabido ganarse (en tan sólo una temporada) el cariño de una afición que ya le consideraba para siempre uno de los suyos.
Tommasi en diversos entrenamientos con el Levante UD. De izquierda a derecha con Berson y Kapo en el Ciutat de València, con Ettien en la Ciudad Deportiva y controlando un balón (con Riga tras él) también en Buñol (las dos primeras imágenes son de su primera campaña y la tercera de la 2007/08)
El italiano siempre estuvo dispuesto a participar en cualquier evento al que fuera invitado por la afición levantina. El 16 de noviembre de 2007 acudió a la entrega de los II PREMIS TÒTIL, organizados por la peña granota del mismo nombre. En el acto se celebró el reconocimiento por parte del Congreso de los Diputados de la Copa España Libre de 1937. De izquierda a derecha Xavier Rius (presidente de la Penya Tòtil), Emilio Nadal (jefe del Área de Patrimonio Histórico del Levante UD), Ramón Victoria (presidente de Honor del Levante UD), Tommasi y un aficionado granota
En el curso 2007/08 el vestuario levantino se italianizó como nunca. Además de contar con el ex de la Roma llegaron el guardameta Storari (para suplir la marcha de Molina), el defensa Cirillo y el delantero Riganò (que lograría un rocambolesco hat trick contra el Almería y tan sólo una diana más en su única campaña como granota). Entre los futbolistas nacionales se incorporaron el centrocampista Javi Fuego y el atacante Geijo. Y, por encima de todas las novedades, esa temporada debutó con el primer equipo (procedente del filial) la leyenda de levantinismo Vicente Iborra. Sin embargo, el arranque fue calamitoso con una primera vuelta nefasta. En las diez primeras jornadas el equipo perdió nueve veces y sólo pudo empatar sin goles con el Murcia en el Ciutat de València. Y la sustitución en la octava jornada de Abel Resino por el técnico Gianni De Biasi (el quinto italiano aquel año) no cambió las cosas.
El único gol que marcó Damiano como granota lo materializó en la victoria por 4 a 3 frente al Betis del 25 de noviembre de 2007. Ese día los levantinos remontaron un 0 a 2 adverso y Tommasi abrió la cuenta para los de Orriols. A la izquierda en un lance junto a su compañero Javi Fuego (que marcaría el último tanto que dio la vuelta al partido) y a la derecha celebrando su gol
El triunfo por 3 a 0 en la undécima jornada frente al Almería no impidió que el Levante continuara como farolillo rojo destacado, con tan sólo cuatro pírricos puntos y a seis del Valladolid, el primer equipo fuera de las posiciones de descenso con quien, además, se perdió en el siguiente partido. La salvación quedó a ocho. Pero entonces se atisbó una pequeña luz de esperanza. El equipo encadenó dos victorias, de nuevo contra el Almería por 2 a 1 en la Copa del Rey y frente al Betis por 4 a 3 en el torneo liguero, tras una remontada espectacular en la que Tommasi anotó su único gol vistiendo la camiseta blaugrana.
El 6 de enero de 2008 Valencia y Levante empataron a cero en el derbi que se disputó en Mestalla. A la izquierda el italiano disputando un balón con Baraja y a la derecha con su compatriota Moretti ante la mirada del granota Ettien
Tres imágenes de tres partidos de la segunda campaña de Tommasi con el Levante UD en Primera División. De izquierda a derecha frente al Atlético de Madrid en el Ciutat, contra el Villarreal en el estadio castellonense y ante el Deportivo de La Coruña también en el feudo de Orriols
Sin embargo esos dos triunfos sólo fueron un espejismo. La realidad volvió a golpear con toda su crudeza al Levante y, sobre todo, al gran Damiano Tommasi. El trasalpino sólo jugaría seis partidos más como granota desde aquel triunfo épico frente al club sevillano. Su último encuentro defendiendo al club de Orriols lo disputó el 13 de enero de 2008, cuando el Real Madrid se impuso en el Ciutat de València por 0 a 2. La razón fue la grave lesión que sufrió en el ligamento cruzado anterior de su rodilla izquierda por la que tuvo que operarse (fue intervenido en Roma en febrero de ese año) y por la que, lógicamente, no pudo disputar más partidos (finalmente sólo jugó quince) en su segunda y última campaña con el Levante UD.
Aquel curso acabaría de la peor manera posible. Porque el cambio de técnico, con la apuesta por el entrenador del filial (el sevillano José Ángel Moreno) para las últimas seis jornadas, no frenó la debacle y el equipo descendió a Segunda División.
El último partido que Tommasi jugó como levantinista fue contra el Real Madrid en el Ciutat. En la imagen ese día, con su garra y coraje habitual, disputando un balón con el centrocampista Sneijder
Tommasi ha repetido en numerosas ocasiones que, desde que llegó al Levante UD, quedó cautivado por la idiosincrasia granota y que tiene clarísimo que, durante el resto de sus días, continuará siendo un seguidor acérrimo del club decano del fútbol valenciano. De hecho, siempre que vuelve a España procura pasar por Orriols para saludar a tantas amistades que dejó. Y también ha dado varias entrevistas a los medios del club explicando lo que para él significa ser granota… Ser levantinista no es algo que tiene una razón sino que es una fe que viene desde el pasado, viene desde los abuelos, viene de los padres, viene de ser del Levante… La familia del Levante es algo que va por encima de la tabla, de los puntos, de los resultados deportivos… Y eso es lo que le digo a todos los levantinistas, ser levantinista no tiene… Y la voz se le quiebra de la emoción pero continua… El Levante, no sólo para mí, para toda mi familia, es uno de los mejores recuerdos de toda mi carrera deportiva… Nos dejamos una pieza de nuestro corazón aquí, en Valencia, como ciudad… Y aprovechando que venía a ver a la Roma contra el Villarreal paso a saludar a mis amigos del Levante… El Levante es mi casa en España y Valencia es mi casa para mí y mi familia.
Damiano Tommasi concedió un par de entrevistas a los medios del Levante UD en sendas visitas que realizó al Ciutat de València el 18 de noviembre de 2011 (arriba) y el 17 de febrero de 2017 (abajo)
Y Tommasi volvió a demostrar con hechos que todo lo que dice es verdad. Pendiente siempre de la actualidad deportiva de su Levante del alma no pasó desapercibido el emotivo Macho Levante que publicó en su twitter (actualmente x) tras la extraordinaria victoria por 5 a 4 del Levante UD frente al F.C. Barcelona en Primera División. Aquel triunfo (con hat trick de Boateng y doblete de Bardhi que llegó a poner 5 a 1 a los de Orriols) rompió la racha de imbatibilidad de aquel estratosférico Barça de la 2017/18, que sólo perdió ese partido durante aquella campaña.
Twitter publicado por Tommasi tras el 5-4 frente al Barça
Pero el que fuera excepcional centrocampista granota no deja de sorprender dentro y fuera de los terrenos de juego. En junio de 2022 decidió presentarse a la alcaldía de Verona encabezando una lista cívica apoyada por todo el centro izquierda (aunque cuando se le pregunta si se considera un político de izquierdas prefiere no responder). Fue su primera experiencia política después de ser representante del sindicato de los futbolistas italianos durante años. Y logró su objetivo: Es el nuevo alcalde de su ciudad. El ex futbolista fue un candidato atípico muy alejado del político convencional y conquistó Verona sin dar un solo mitin, con paseos por los barrios, muchos encuentros cara a cara con los ciudadanos, usando tonos sosegados y sin una polémica con sus adversarios. Don Damiano Tommasi: Genio y figura.
Tommasi es el alcalde de Verona desde junio de 2022