Los hechos están todavía muy cercanos en el tiempo. Fue el pasado domingo 29 de septiembre al filo de las cuatro de la tarde en el escenario del Estadio Ciudad de València. El partido entre el Levante y el Almería agonizaba. Las cartas estaban alzadas. El triunfo del grupo que conduce Julián Calero parecía innegociable después de noventa minutos de fútbol trepidante. En ese instante, la acción se fijó sobre la banda del coliseo del barrio de Orriols. Víctor Fernández JR se cuela en el encuentro liguero ante el Almería en el selecto club de los 16.
Carlos Álvarez como cicerone
Víctor JR, con el dorsal número 30 a la espalda, descontaba las milésimas de segundos que restaban para certificar su estreno en el cosmos de la Segunda División. La mirada centelleante del joven atacante ratificaba la trascendencia del momento desde un prisma personal y también colectivo. El genial Carlos Álvarez fue su cicerone. “Este es el primero de muchos partidos”, le advirtió minutos después a modo de bautismo. No era un estreno más de un futbolista orillado a la cantera de la sociedad granota. Tampoco era un debut anecdótico.
En el Top cinco del selecto club de los 16
El caso que ejemplifica Víctor JR cuenta con precedentes si se escruta la historia de la institución del Ciutat. La estadística determina que el hijo del mítico Víctor Fernández, que se comprometió con el Levante en el verano de 2024 procedente de las categorías inferiores del Real Valladolid, es el quinto futbolista en debutar con 16 años con la camiseta azulgrana del Levante en competición oficial desde 1939. Víctor JR se cuela en el encuentro ante el Almería en el selecto club de los 16 junto a Buba Sangare, Vicente Rodríguez, Claudio Barragán y Paco Cortés si se decide seguir de forma fidedigna el orden establecido según las edades comprendidas por cada protagonista. Víctor Fernández JR se cuela en el selecto club de los 16.
Víctor JR, Sangare y Paco Cortés, generación 2007
Las singularidades entre Víctor JR, Buba Sangare y Paco Cortés son mayores. Los tres jóvenes comparten adscripción vinculados a la generación de 2007. Con 16 años y 10 meses no parece la rutina más habitual presentarse en el universo del fútbol profesional. Con 16 años la acción más cotidiana radica en presentarse cada mañana en el instituto para reemprender los estudios de secundaria.
El nombre y primer apellido de este joven atacante, que se cuela en el encuentro ante el Almería en el selecto club de los 16, rezuma gol. El abolengo reside en su filiación paternal, aunque esa alcurnia ni derriba muros, ni traza caminos exentos de curvas sinuosas en un mundo caracterizado por su extrema competitividad. Habría que recordar que su progenitor, Víctor Fernández, dejó su rastro como anotador durante la última década de los noventa y el arranque del tercer milenio en clubes del calado de Tenerife, Valladolid, Villarreal, Cartagena o Leganés. Su hijo, Víctor Jr, se incluye en el ‘Top Five’ del selecto club de los 16.
Buba Sangare, a escena ante el Amorebieta con 16 años y cuatro meses
Si echamos la vista atrás todavía es posible adivinar la silueta de Buba Sangare en el encuentro que cruzó al Levante y al Amorebieta de Copa del Rey el curso pasado. Fue su presentación en sociedad. Su DNI advertía que contaba con 16 años y cuatro meses cuando saltó al templo blaugrana con la elástica levantinista. Es el debutante más precoz hasta la fecha actual. El defensor mostró parte de sus credenciales e inclusive se citó con el gol ante la meta vasca. Su zancada y su potencia sorprendió en su estreno bajo los focos de Orriols. Calleja fue el técnico que confió en sus prestaciones. Buba Sangare volvió a aparecer por el firmamento de la categoría de Plata antes de emprender una nueva aventura deportivo que le desligó del Levante para viajar hasta la ciudad eterna para unir sus destinos con la Roma.
Vicente Rodríguez, 16 años, cuatro meses y una semana
Con apenas 16 años, cuatro meses y una semana Vicente Rodríguez se alistó en el compromiso que el Levante afrontó ante el Leganés el 23 de noviembre de 1997. José Enrique Díaz dirigía la sala de mandos del conjunto granota desde el banquillo en un ejercicio de signo accidentado saldado con el regreso a Segunda División B. Vicentín saltó desde el Juvenil granota en dirección hacia el fútbol profesional para medirse ante jugadores que doblaban su edad. Era la gran esperanza azulgrana.
De hecho, la entidad blindó su contrato con una cláusula de 30.000 millones de pesetas. La cifra era superlativa para un futbolista juvenil. Su presencia durante la temporada 1997-1998 fue más que testimonial, pero en las siguientes dos campañas fue adquiriendo lustre y calado con Pepe Balaguer como técnico. Contaba con una zurda exquisita, se movía por el verde con la sabiduría de un veterano y trufaba su currículum con la fórmula del gol.
Claudio se inscribe en el choque entre el Levante y el Granada con 16 años y seis meses
Las crónicas resaltan que Claudio Barragán saltó al verde del hoy Ciutat con el número 11 a la espalda en una confrontación ante el Granada en octubre de 1980. Despuntaba el curso 1980-1981. Con 16 años y seis meses se enfrentó desde el eje del ataque local ante futbolistas con una experiencia cuantificada. José Corbín desde Marca incidió en esta circunstancia. Claudio era un neófito entre hombres cualificados en la disciplina del balón redondo. Eran los tiempos de los jugadores Sub’20. La medida generó un agrío debate. En esencia; los entrenadores tenían que alinear en el once inicial a dos futbolistas menores de veinte años.
Era una fórmula para regenerar el fútbol español lanzaban los dirigentes nacionales cuando se les cuestionaba por esta iniciativa, pero para los técnicos era una medida tortuosa que, no obstante, podían paliar con celeridad ya que podían relevar a estos futbolistas en los minutos iniciales de cada confrontación. El tiempo no era ilimitado. Claudio estuvo treinta y un minutos sobre el césped. La estela del atacante de Manises no volvió a sobrevolar por Orriols en aquella temporada. Durante los cursos 1982-1983 y 1983-1984 fue fundamental en las alineaciones de Pepe Martínez y Tatay. En el amanecer del ejercicio 1985-1986 saltó al Elche por diez millones de las antiguas pesetas.
Paco Cortés sorprende en Huesca con 16 años y 9 meses
Paco Cortés decidió retar a Jeremy Blasco nada más adentrarse por la faz del Estadio El Alcoraz. El atacante ejerció de prestidigitador para desnortar al defensor aragonés y adentrarse en territorio enemigo con determinación. Alzó la vista, para aclarar el panorama y fijar su situación, y se sacó un tremendo latigazo que estremeció a la grada oscense. No fue gol, pero la jugada quizás mereciera semejante desenlace por la ejecución y elaboración. Las botas de Paco Cortes desconocían el miedo. Era su estreno en el marco de la categoría de Plata.
El Alcoraz descubrió a un futbolista felino con el balón imantado a sus pies. Fue puro desparpajo y pura imaginación. Fue un verso libre en un partido sin relevancia desde un prisma competitivo que cerró el ejercicio 2023-2024. “Paco juega como cuando entrena con nosotros. Es un chico atrevido, que distingue bien, que es difícil a esa edad distinguir cuando tiene que jugar fácil y cuando tiene que ser peligroso”, manifestó Felipe Miñambres en la sala de prensa del coliseo aragonés. Paco Cortes inauguró su expediente con el primer equipo del Levante con 16 años y nueve meses.