Fotografía de la afición celebrando el ascenso en Vallejo 1963.
El sueño del ascenso se materializó en junio de 1963. El Levante sometió al Deportivo de La Coruña en una inolvidable eliminatoria. El sueño no fue eterno. El final de los sesenta coincidió con el traslado al Estadio Antonio Román, actual Ciutat de València.
Fotografía de la afición celebrando el ascenso con el Portal de Vallejo al fondo.
El ascenso a la élite parecía una ficción irrealizable. El sueño se resistía, pero el salto se produjo el ejercicio 1962-1963 tras eliminar al Deportivo de La Coruña en una histórica doble confrontación con colofón en el feudo de Vallejo. Aquella jornada las palmas atronaron, pese a que el día amaneció entre sombras tras la muerte del Papa Juan XXIII. Antonio Román había cedido la presidencia a José Navarro como prólogo al aterrizaje en calidad de máximo mandatario de Eduardo Clerigues, con Blas Escrig como principal exponente en la gestión de la parcela económica.
El ascenso a Primera División propició dos temporadas inolvidables formando parte del universo de la máxima categoría. Hubo victorias de prestigio ante el Barcelona (5-1 en Vallejo) y la ciudad descubrió un derbi que el tiempo había enmohecido. En ese marco es posible contextualizar la llamada de Ernesto Domínguez a la Selección Española en un duelo entre La Roja y Bélgica en Mestalla. El Levante defendió la décima posición en la tabla en su estreno, pero regresó a Segunda a la finalización del ejercicio 1964-1965 tras un funesto cruce frente al Málaga en la Promoción.
Construcción del Estadio Antonio Román, actualmente Ciutat de València.
En 1966 regresó Antonio Román a la presidencia de la sociedad azulgrana. Esta segunda etapa va ligada a la construcción del Estadio Ciutat de València, inaugurado el 9 de septiembre de 1969 con el nombre de Estadio Antonio Román. El Levante y el Valencia contendieron sobre su césped rememorando batallas históricas que evocaban los estrenos del Campo de La Cruz o Mestalla en los años veinte.
El Levante flirteó con el retorno a la élite en el curso 1966-1967. No obstante los problemas económicos motivaron la venta de los jugadores con mayor proyección. Con la marcha definitiva de Wanderley o Domínguez se perdía el rastro del bloque que conquistó el ascenso en junio de 1963. La temporada 1967-1968 nacía con una pesada carga motivada por una reestructuración de la categoría de Plata que engulló al Levante. Un año más tarde regresó a Tercera División para jugar de prestado en el feudo de Mestalla por cortesía de la junta directiva del Valencia.
Licencia de Caszely.
Manuel Grau Torralba va asociado al fichaje de Carlos Caszely. El mandatario, desde su aterrizaje en la presidencia granota en 1971, apostó fuerte en un intento por reivindicar el nombre del Levante y asociarlo al entorno de Valencia. Ideó el Trofeo Costa de Valencia y nutrió a la plantilla de jugadores con experiencia en el firmamento nacional.
Grau Torralba fue un hombre de acción. Dinamizó las relaciones con la prensa y conmocionó el mercado de fichajes en el verano de 1973 con el anuncio de la contratación de Caszely. El Levante acababa de regresar a la categoría de Plata tras el ascenso conseguido por Juncosa. Fue el primero de los dos ascensos festejados por el presidente. No obstante, el retorno a Primera, quizás su gran sueño, no se materializó.
Caszely completó dos campañas en el Levante antes de emigrar el Espanyol por una suculenta cantidad económica. El advenimiento de la democracia no trajo cambios de consideración en el apartado deportivo acentuando sobremanera las dificultades en el apartado monetario. El Levante estrenó la recién inaugurada Segunda División B en la temporada 1977-1978. Un año más tarde la victoria ante el Ibiza le proyectó hacia la categoría de Plata.