El centrocampista Valmiro Lopes Rocha, más conocido como Valdo, es un futbolista hispano-caboverdiano con un largo recorrido en la Primera División del fútbol español, donde jugó once temporadas y más de 250 partidos, marcando 34 goles. Formó parte del Real Madrid que logró la Champions League de 2002, del Osasuna (durante cuatro campañas y media), del Espanyol (un par de años), del Málaga (un curso liguero) y, finalmente, acabó su trayectoria en la elite formando parte del Levante U.D. durante dos temporadas y media, las mejores de la historia granota.

La vida de Valdo es de película. Y tanto es así que, finalmente, se ha llevado a la gran pantalla. Pero de eso hablaremos más adelante. Ahora nos centraremos en su brillante trayectoria deportiva como futbolista profesional y, especialmente, en su etapa como levantinista. Tras formar parte de las categorías inferiores del Real Madrid y jugar con su filial en Segunda B, con veinte años debutó en el primer equipo en un partido de Liga contra el Athletic. Aquella temporada 2001/02 también disputaría un par de partidos de la Liga de Campeones que acabaría ganando el club de Chamartín. Al no tener continuidad en la entidad blanca fichó a mediados de la siguiente campaña por el Osasuna, donde jugaría cuatro años más y alcanzaría unas semifinales de la Europa League y una final de la Copa del Rey, viviendo los mejores años de la historia del club navarro. De allí pasó al Espanyol donde estuvo un par de campañas y en la siguiente vistió los colores (también blanquiazules) del Málaga. En sus dos últimas temporadas no acabó de contar con la confianza de sus respectivos entrenadores pero su llegada al Levante U.D. en 2010 le devolvió el protagonismo.

Valdo el día de su debut en Primera División (con solo veinte años) en el Real Madrid 2 – Athletic 0 del 6 de octubre de 2001

El leonés (de padres caboverdianos) reseteó por completo al llegar al club de Orriols. El Levante acababa de ascender (de manera sorprendente) a Primera División y la entidad respiraba optimismo por los cuatro costados. Valdo rescindió su compromiso con el Espanyol (que le había cedido al Málaga en su último año de contrato) y fichó por el equipo decano de Valencia con la intención de volver a su mejor versión como futbolista. Y aquel deseo pareció que iba a plasmarse de inmediato.

Dirigido por Luis García Plaza (que iniciaba su tercera temporada al mando de la entidad granota) y reforzado por importantes jugadores (como el guardameta uruguayo Munúa, el defensa Javi Venta o el gran delantero ecuatoriano Felipao Caicedo), aquel Levante donde aterrizó Valdo tenía muy claro que había vuelto a la mejor Liga del mundo con la intención de quedarse durante mucho tiempo. Si a eso se añadía la presencia de tres futbolistas míticos de la casa como Ballesteros, Juanfran e Iborra todo apuntaba a que, con paciencia y asentando aquellos mimbres, los azulgranas podían hacer cosas importantes.

Sin embargo, la primera vuelta de aquel campeonato no respondió a las expectativas creadas y el regreso a la elite pareció que iba a convertirse en un mal sueño. Tras caer de manera abultada los tres primeros partidos de la competición (encajando diez goles y anotando solo tres), hubo un paréntesis positivo de cuatro encuentros sin perder (con dos victorias y dos empates) que aparentó reconducir aquella mala dinámica. Pero nada más lejos de la realidad. De la jornada octava a la vigésima el Levante cosechó diez derrotas, un empate y solo dos victorias en casa frente al Racing de Santander y el Atlético de Madrid. En ese primer partido de la segunda vuelta el equipo granota tocó fondo. Perdió 4 a 1 en Sevilla (con hat trick del brasileño Luis Fabiano), repitiendo el mismo marcador encajado frente a los andaluces en el match que abrió la Liga en el Ciutat. El Levante se convirtió, así, en el farolillo rojo del torneo, con solo quince puntos en su haber. Además, durante aquella nefasta racha se sufrió también en la Copa del Rey una humillante derrota por 8 a 0 frente al Real Madrid.

En la jornada 20, tras la abultada derrota por 4 a 1 en el Sánchez Pizjuán (con tres goles del delantero carioca Luis Fabiano) el Levante pasó a ocupar, en solitario, la última plaza de la competición liguera

Las alarmas habían saltado y si no cambiaban los resultados el club de Orriols estaba condenado a regresar a la división de plata. Los dos siguientes encuentros (en casa frente al Getafe y fuera contra el Villarreal) eran vitales. Y el equipo dio por fin la talla. Venció en el Ciutat de València al Getafe de Míchel con un reconfortante 2 a 0. Valdo abrió el marcador nada más comenzar la segunda parte al rematar un balón desviado por Caicedo tras centro de Juanlu. Y en el partido disputado en Villarreal la actuación del hispano-caboverdiano fue todavía más decisiva, al ser el autor del único tanto que permitió al Levante ganar también en el feudo del submarino amarillo. El gol, además, fue de muy bella factura. Tras un pase en profundidad de Xisco Muñoz, Valdo se plantó frente al portero Diego López, a quien dribló y batió con un magnífico disparo que se coló por la escuadra.

Valdo fue clave para salir de los puestos de descenso en la campaña 2010/11. En las dos importantísimas victorias frente al Getafe por 2 a 0 y contra el Villarreal por 0 a 1 marcó dos goles capitales. Arriba en el Ciutat (disputando un balón con Parejo y celebrando con Xisco Muñoz el tanto que abrió el marcador) y abajo festejando el único gol del partido con el que se ganó en Villarreal

Y esa racha positiva no terminó ahí. Se alargó durante un excelente período de diez encuentros más donde el Levante ganó seis, empató tres y perdió un único partido en su visita al Santiago Bernabéu (esta vez con una aceptable derrota por 2 a 0 que no tuvo nada que ver con la debacle copera). Esa extraordinaria trayectoria catapultó a los granotes en la clasificación, pasando del último puesto al noveno, situándoles a tan solo cuatro puntos de las plazas europeas. Y aunque pareció que la salvación virtual estaba conseguida el equipo no consiguió ninguna victoria más, sumando tres empates y otras tantas derrotas. Eso hizo que hasta la penúltima jornada, tras el empate a cero logrado en el derbi disputado en Mestalla (con una actuación para la historia de Ballesteros), no se consiguiera la permanencia matemática. Finalmente, el equipo terminó aquella Liga en la decimocuarta posición con 45 puntos en su haber.

Pero lo mejor para Valdo (y el Levante U.D.) estaba por llegar. La temporada 2011/12 se convirtió en la mejor de la historia granota. El club del Ciutat de València terminó en la sexta posición de la Primera División y se ganó el derecho a jugar, por primera vez, competiciones europeas. Y en aquella mítica campaña el hispano-caboverdiano mostró un nivel excelso. Fue titular en 32 de los 34 partidos que disputó y anotó, además, seis tantos, su mejor marca goleadora en una temporada (empatada con la última que jugó en el Osasuna). El equipo entrenado por Juan Ignacio Martínez contó aquel año con un plantel de lujo capitaneado por el delantero costamarfileño Koné que, tras anotar 15 goles, estableció el récord granota de tantos en un solo curso en Primera División. Aquel año sería también el primero como levantinista del gran portero Keylor Navas, el del enorme mediocampista Barkero y el de un jovencísimo Roger que, con veinte años, jugaría su primera temporada en la entidad de Orriols. Y el inicio de aquel curso fue estratosférico. El equipo, tras empatar los dos primeros partidos, ganó los siete siguientes, lo que le permitió (tras los dos últimos) liderar en solitario la Primera División del fútbol español.

En aquella inolvidable concatenación de victorias Valdo tuvo un papel notorio. Fue titular en todas ellas y en un par, además, perforó la meta rival. En el triunfo en Vallecas de la cuarta jornada (quinta real, pues la primera se suspendió y no se jugó hasta que terminó la primera vuelta) el hispano-caboverdiano abrió el marcador tras cabecear un centro por la banda derecha de Koné. Ballesteros marcó (también con la testa) el segundo y, aunque Tamudo acortó distancias de penalti, el Rayo Vallecano acabaría perdiendo aquel encuentro por 1 a 2. Después de alcanzar el liderato en solitario de la Primera División tras ganar en Villarreal, el Levante lo confirmó venciendo 3 a 2 en el siguiente partido disputado en el Ciutat de València frente a la Real Sociedad. Aquel día Valdo marcó el segundo tanto tras rematar otra vez de cabeza (de manera magnífica) un centro perfecto de Barkero desde la banda izquierda. Aquel día sería también imborrable por el extraordinario gol de falta que ya, en el descuento, marcó Rubén Suárez para lograr la victoria.

El centrocampista leonés tuvo un destacado protagonismo en la racha de siete victorias consecutivas que permitió al Levante, tras las dos últimas, encabezar la Primera División del fútbol español. Arriba disputando un balón con Raúl Bravo y festejando su gol en el Rayo Vallecano 1 – Levante 2 y abajo exultante tras marcar en el Levante 3 – Real Sociedad 2 y celebrar su tanto junto a sus compañeros Koné, Rubén Suárez y Munúa

Tras aquel mítico triunfo contra el equipo donostiarra el Levante atravesó la peor racha de aquella temporada. En los siete partidos siguientes perdió cinco y solo ganó dos (frente al Sporting de Gijón y el Sevilla en casa) y bajó a la cuarta plaza de la clasificación. Valdo ya no volvería a marcar hasta bien entrada la segunda vuelta, en la jornada vigesimoquinta, el día que el Levante venció al Espanyol por 1 a 2 en el estadio de Cornellá-El Prat. El leonés logró el primer gol del encuentro tras aprovechar un pase de Barkero (que desvió levemente Koné) y marcar de disparo colocado desde dentro del área perica.

Valdo el día de la victoria frente al Espanyol por 1 a 2. En aquella jornada marcó el tanto que inauguró la cuenta del Levante

Después de aquella victoria en Barcelona el club de Orriols recondujo de nuevo su situación en la tabla y obtuvo tres triunfos en los cuatro partidos posteriores, tras ganar en el Ciutat de València al Betis y al Villarreal y en San Sebastián a la Real Sociedad por un incontestable 1 a 3. Tras estos resultados el Levante volvió a la cuarta posición que, de mantenerla al concluir aquella Liga, le iba a permitir jugar la previa de la Champions League la siguiente campaña.

Pero, desgraciadamente, aquella vigesimonovena jornada fue la última en la que los granotes ocuparon esa plaza que les daba la opción de jugar la Liga de Campeones. En la siguiente el Osasuna venció 0 a 2 en Orriols y el Levante se colocó quinto en detrimento de un Málaga que ya no dejaría esa cuarta posición hasta el final del torneo. Tras empatar a uno en el derbi disputado en Mestalla, los azulgranas dieron otra alegría a su afición al vencer con rotundidad al Atlético de Madrid en el Ciutat por 2 a 0. Curiosamente, a los nueve minutos de aquel encuentro el tanteador ya reflejaba el que sería el resultado final. Y los dos goles fueron idénticos, tras sendos remates de cabeza de Valdo y Koné a dos centros excelsos de Barkero. Ambos tantos batieron al meta rojiblanco Courtois en la portería del Gol Orriols del coliseo granota.

El hispano-caboverdiano tras marcar el tanto (en el primer minuto del partido) que encarriló la victoria contra el Atlético de Madrid por 2 a 0 (corriendo hacia él su compañero Ghezzal)

Pero después de la excelente victoria contra los colchoneros el Levante perdió sucesivamente contra el Sporting y el Barça y quedó prácticamente sin opciones de jugar la principal competición futbolística europea. En la derrota en Gijón Valdo adelantó al Levante de cabeza a los quince minutos de partido. Y aunque Koné volvió a adelantar en el segundo tiempo a los granotes, el equipo asturiano acabó remontando para vencer por 3 a 2. Tras perder en casa por 1 a 2 frente al Barça, con dos goles de Messi que voltearon el tanto inicial de Barkero, el equipo de Orriols tuvo que asumir ya que su objetivo real tenía que centrarse en poder jugar la temporada siguiente la Europa League.

Las dos derrotas consecutivas contra el Sporting en Gijón y contra el Barça en Valencia enterraron casi definitivamente las opciones de jugar la Champions League la siguiente campaña. Arriba tras marcar Valdo el gol que abrió el marcador en El Molinón y debajo disputando un balón con el canterano culé Cuenca

Las postreras victorias de la mejor temporada de la historia del Levante U.D. en Primera División se materializaron en los dos últimos partidos que el equipo jugó en Orriols frente al Granada y el Athletic. En ambos los granotes golearon por triplicado al rival. Frente a los nazaríes, además, Valdo fue el autor del tercer tanto con el que se llegó al 3 a 1 final, tras cabecear a la red un centro del lateral brasileño Botelho. En la jornada que cerró aquella Liga histórica se venció por 3 a 0 al club bilbaíno y una afición absolutamente entregada con su equipo despidió por todo lo alto al mejor Levante de siempre. Finalmente se alcanzó la sexta posición y con ella la posibilidad de jugar al año siguiente la Europa League.

El último gol que marcó Valdo como granota lo anotó para cerrar el triunfo con el que el Levante se impuso al Granada por 3 a 1

Al acabar aquella temporada el jugador hispano-caboverdiano fue traspasado al equipo mexicano del Atlante Fútbol Club y pese a llegar como un jugador europeo de prestigio sus problemas para aclimatarse se sucedieron. Debido a una polémica lesión de la que no acabó de recuperarse jugó pocos partidos en tierras americanas. Y en enero de 2013 regresó al Levante en calidad de cedido hasta el final de aquella campaña. En esa media temporada en Primera División el equipo terminó en una cómoda undécima posición y la aportación del leonés fue más que notable. Además, pudo participar en los partidos más decisivos de la Europa League, jugando en los dos encuentros de dieciseisavos de final en los que se eliminó al Olympiacos griego y en el partido de vuelta de los octavos de final contra el Rubin Kazan ruso. Y así concluyó definitivamente la trayectoria de Valdo como levantinista.

En la temporada 2012/13 Valdo jugó de azulgrana en dos equipos distintos. En la primera parte de aquel curso defendió los colores del Atlante F.C. mexicano y tras el mercado de invierno regresó al Levante U.D. para jugar como granota el resto de aquella campaña. Abajo en el triunfo contra al Athletic por 0 a 1 en el último partido de la historia que se jugó en el viejo San Mamés

El viernes 24 de junio de 2022 se estrena en los cines de toda España la película Llenos de Gracia, del director valenciano Roberto Bueso. El film es una adaptación libre de una obra de Inma Puig, psicóloga y escritora barcelonesa, que en 2019 incluyó en un capítulo de su libro La revolución emocional la historia de Valdo y la hermana Marina. Una historia que se encontró de casualidad viendo por la tele el partido de fútbol que enfrentó el 19 diciembre de 2004 en Mallorca al equipo local contra el Osasuna, donde jugaba Valdo. Tras marcar el primero de los dos goles que anotó aquel día, fue corriendo a la cámara de televisión, se levantó la camiseta roja que llevaba y enseñó otra blanca que tenía debajo y en la que podía leerse Gracias hermana Marina.

La hermana Marina es una monja que le ayudó a cumplir el sueño que tenía de niño cuando vivía con ella en la Casa de Caridad de Cáritas en Aravaca: convertirse en futbolista profesional. Años después el propio Valdo explicó el motivo de aquella acción: Me levanté orgulloso la camiseta y la enseñé. Era lo mínimo que podía hacer por todo lo que ella me dio. Desde pequeño mi único plan era ser futbolista. No tenía un plan B. Y ella me ayudó a conseguirlo. Sor Marina (que cuenta actualmente con 94 años) también rememora aquellos tiempos: En la casa de Aravaca todos eran niños con dificultades. Valdo había nacido en Villaseca de Laciana, un pueblo de León. Su padre, que era minero, aunque ellos venían de Cabo Verde, no podía hacerse cargo de él… Y su madre igual. Así que yo me volqué con él, que entonces tendría unos 10 años y jugaba muy bien al fútbol. Era un niño pobre, no tenía nada ni a nadie. La película cuenta la historia de la hermana Marina cuando es enviada en los años noventa a El Parral, un orfanato amenazado de cierre. A su llegada los niños están fuera de control pero Marina capta su atención con su carisma y desparpajo y decide formar un equipo de fútbol. Y con Valdo conecta de manera especial.

La película “Llenos de Gracia” (del director valenciano Roberto Bueso) está basada en la historia real de Valdo y la hermana Marina que rescató la escritora y psicóloga Inma Puig en un capítulo de su libro “La inteligencia emocional”. Abajo varios intérpretes de la película: Pablo Chiapella, Enrique Victoria, Carmen Machi (que da vida a la hermana Marina) y Dairon Tallon (que hace de Valdo)