El 1 de octubre de 1973 Manuel Grau Torralba, en calidad de presidente del Levante UD, recibió un documento procedente de la Confederación Sudamericana de Fútbol confirmando la convocatoria de Carlos Caszely para el duelo que enfrentaría a los combinados de América y Europa en Barcelona. El choque, pautado para la jornada del 31 de octubre de 1973, en el Estadio del F.C. Barcelona, quedaba contextualizado en el Día del Fútbol que organizaba la FIFA. Y Caszely viajó hasta Barcelona para afrontar el partido Europa-América

Europa-América, un clásico de los setenta

El escrito reclamaba la presencia de un futbolista con ascendente en el ecosistema del balompié internacional. Caszely recibiría el pasaje para desplazarse hasta la Ciudad Condal y percibiría 500 dolares como honorarios. Teófilo Salinas, presidente de la Confederación Sudamericana de Fútbol, rubricaba una petición que fue correspondida por el Levante.

El documento forma parte del expediente personalizado que acredita la presencia de Carlos Caszely como futbolista de la primera plantilla del Levante entre las temporadas 1973-1974 y 1974-1975. Huelga significar que el atacante chileno fue el fichaje con mayor abolengo de la sociedad azulgrana en su reencuentro con la Segunda División en el ejercicio 1973-1974. En ese sentido, la apuesta de la entidad blaugrana por la contratación de uno de los jugadores con más alcurnia del fútbol sudamericano fue patente.

El Levante autoriza la participación de Caszely

El 4 de octubre el principal organismo rector del balompié sudamericano recibió una respuesta afirmativa por parte de la entidad azulgrana. “Tenemos el honor de autorizar a nuestro jugador D. Carlos Humberto Caszely para que tome parte en el partido que tendrá lugar, en el Estadio del F.C. Barcelona, entre las selecciones de América y Europa”. La nota advertía que Caszely viajó hasta Barcelona para afrontar el partido Europa-América acompañado por el presidente del club, así como el secretario y el entrenador.

Caszely clave en la victoria de América

Carlos Caszely aterrizó en Barcelona en la misma jornada del partido. No se ejercitó junto a sus compañeros en la tarde anterior en el Nou Camp. El jugador marchó al hotel de concentración y fue capital para rasgar, desde el punto de penalti, la igualada que sancionó el final de los noventa minutos reglamentarios (4-4). Fue un partido repleto de alternativas. Los goles salpimentaron un choque muy apreciado en la época porque permitía reunir a una verdadera constelación de estrellas. Caszely anotó la pena máxima definitiva que certificó el triunfo de la escuadra sudamericana.

Una constelación de estrellas

Viktor, Iríbar, Krivocuka, Kaps, Sol, Dimitru, Paulovic, Fachetti, Keita, Nene, Eusebio, Odermatt, Asensi, Bene, Edström, Cruyff, Pirri y Jara representaron al combinado europeo. Ladislao Kubala, por entonces seleccionador de España, fue el técnico del equipo del Viejo Continente. Por el combinado americano participaron Santoro, Carnevali, Wolf, Arrúa, Morena, Pereira, Chumpitaz, Marco Antonio, Espárrago, Brindisi, Laso, Cubillas, Borja, Paulo César, Caszely, Sotil, Ortiz y Rivelino. Omar Sívori se encargó de la dirección técnica.

La impronta internacional de Caszely

La magnitud de la confrontación y la calidad del elenco de jugadores reunidos ratificaba la notable proyección internacional del atacante azulgrana. Carlos Caszely se batía con escuadra y cartabón en el alambicado mundo de la categoría de Plata con el escudo del Levante, pero no había dudas sobre su condición de titular absoluto con la selección de Chile. Y por el horizonte despuntaba el Mundial de Alemania de 1974. El rey del metro cuadrado era un tipo respetado en el firmamento del balompié internacional. La sinergia entre Caszely y el Levante se retroalimentaba. La entidad de Orriols adquiría una pátina de brillo a través de la impronta y la envergadura de su jugador más cosmopolita. Y Caszely viajó hasta Barcelona para afrontar el partido Europa-América.