Esta es la historia de la camiseta del Levante de Burgos que heredó Miguel Lorente. Y las primeras interrogantes que surgen son inmediatas. ¿Y quién diantres era Burgos? ¿Y quién responde por Miguel Lorente? ¿Y qué tiene que ver la camiseta del Levante en esta particular historia con tres vértices? ¿Y cuál es su magnitud? Las respuestas no están en el viento como reclamaba la voz descarnada de Dylan. La respuesta la argumenta Miguel Lorente. El tiempo y la memoria se convierten en sus principales aliados. “La historia de esta camiseta con el diez es que la llevaba Burgos”. Es el punto sobre el que gravita esta narración.

Del primer equipo al primer Juvenil

Esta camiseta la llevaba yo cuando era juvenil. La historia es que antiguamente las camisetas iban pasando de un equipo a otro. Al ser el primer equipo juvenil que tenía el Levante nos las pasaron desde el primer equipo. Y cada uno tenía su camiseta, pero ya estaba gastada porque la habían utilizado jugadores del primer equipo”, reverdece Miguel

La elástica del Levante de Burgos que heredó Miguel Lorente

Quizás las piezas empiecen a cuadrar para alcanzar un orden establecido que remonta a un pasado muy alejado del presente. La elástica del Levante adquiere trascendencia en el jeroglífico presentado. Es una reliquia que se había enfundado Ernesto Burgos en competición oficial. Miguel heredó esa camiseta como integrante del Juvenil A de la escuadra de Orriols unos años más tarde. Burgos defendió el escudo azulgrana entre finales de los años sesenta y primeros setenta con éxito. Su rastro está presente en un duelo mayúsculo y aterrador ante el Nàstic de Tarragona.

La plantilla de los Ernestos con Burgos con el 10

Aquella terrorífica jornada final del ejercicio 1970-1971 el Levante desafiaba su propia supervivencia ante la posibilidad de despeñarse desde la Tercera División. El acta de aquella temeraria confrontación que, custodia el Área de Patrimonio del Levante, advierte que Burgos lucía el número diez. Por entonces los números no estaban ligados a las figuras de los futbolistas, pero, por norma, Burgos convergía con este dígito. El registro de partidos confirma esta particular entente. El curso 1970-1971 fue el ejercicio de los Ernestos. Ernesto Lapiedra, Ernesto Calpe y Ernesto Burgos compartieron destino y aventuras en aquella plantilla que preparó Roig, Balaguer y Mundo.

Una equipación con súper poderes

Burgos emigró al Sabadell en la campaña 1971-1972, pero su aureola permaneció vinculada a esta camiseta que recibió Miguel. Fue un digno sucesor. Era un motivo de orgullo y distinción. “La llevé con mucho orgullo y más sabiendo de quién era”. La equipación tenía poderes sobrenaturales cuando Miguel Lorente se la ajustaba a su cuerpo. Burgos dejó una estela de 43 goles en dos campañas. “Hasta creo que incluso gané fuerza en el chut porque Burgos jugaba muy bien”, recuerda la voz autorizada de Miguel. La historia de la camiseta del Levante de Burgos que heredó Miguel está impregnada de anécdotas. Sus recuerdos son profundos y se presentan de forma lumínica. “A partir de que me dieran esta camiseta dos compañeros muy graciosos me empezaron a llamar el chepa, porque Burgos iba algo cargado de espaldas”, relata dibujando una sonrisa pícara de complicidad con aquel futbolista.

Las camisetas pasaban de un equipo a otro

No es el único hecho que desentraña “Recuerdo que a veces entrenábamos en los bajos de la actual tribuna del Ciutat y entonces había una señora que lavaba la ropa y la tendía en los bajos del estadio. Nosotros íbamos a ver nuestras camisetas tendidas para que no se nos despistasen”. La camiseta y su historia es el paradigma de una etapa distanciada de la actualidad. “Como podéis comprobar no se tiraba nada. Las camisetas pasaban de un equipo a otro hasta el final”. La historia de la camiseta del Levante de Burgos que heredó Miguel Lorente se convierte en símbolo de un tiempo histórico.

Miguel desafía los condicionantes para quedarse la camiseta

¿Y cómo logró esa camiseta en propiedad? “Esta camiseta me la quedé porque ganamos el campeonato de juveniles de la Comunidad y me dije: me la quedo porque iba a pasar al Atlético Levante y quería tener un recuerdo”. La cuestión ni era menor, ni se antojaba insignificante ante el grado de dificultad que implicaba. Era habitual que la primera plantilla granota contara con tres equipaciones (dos de manga corta y una de manga larga) para resistir el asedio curso. El desafío parecía de desaforadas proporciones. Y Enriquito (utillero) defendía esas camisetas con su sangre si era necesario. “El Levante me la reclamó durante dos meses, pero me la quedé y ahora sirve para que toda la afición la tengo como recuerdo”, cuenta introduciendo en el discurso una nueva variable que realza la dimensión que alcanza esa camiseta desde un prisma histórico.

El jersey más antigua de la colección actual

La donación de Miguel convierte a esta camiseta en patrimonio del club y en una de las muestras más antiguas que a día de hoy se conservan en el Área de Patrimonio del Levante UD. Y no es la única pieza que muestra con honra y dignidad. “Esta otra camiseta la utilizábamos cuando jugaba en el Atlético Levante Juvenil. Fue el primer equipo que tuve al fichar por el Levante. La franja esta cosida porque era una mezcla del Levante y Gimnástico. El número está cosido por encima. Esta camiseta en la primera con la que di mis primeros pasos con el Levante”, pero quizás esa sea otra historia sobre la que profundizar.