A veces, solo a veces, el pasado regresa en forma de papel.

De cartón rugoso y esquinas redondeadas.

De tinta que ha resistido décadas.

De fotografías en color sepia que aún miran al futuro con la ilusión intacta. De registros que llaman poderosamente la atención por su magnitud.

Hemos recibido en el Museo Virtual del Levante UD un conjunto de carnets de identidad del jugador Ambrosio Cervera Cervera. En estos documentos, que el paso del tiempo amenaza con sepultar, late una parte fundamental de nuestra historia. Ambrosio Cervera y los carnets del Levante: un tesoro de los años cincuenta.

Un pedazo de la historia del Levante

Allí donde parece habitar el ayer radica la relevancia de esta documentación.

Estos carnets esconden el palpitar del corazón de lo que un día fue el Levante.

Los documentos de Ambrosio Cervera Cervera fueron expedidos durante la segunda mitad de los años cincuenta. En aquel entonces, todos los jugadores del Levante disponían de un documento que los acreditaba como parte de la entidad.

Desde los miembros de la primera plantilla, hasta las categorías inferiores, incluyendo en el registro a los jugadores de otras disciplinas deportivas. No era un simple documento que validaba el acceso al estadio de Vallejo. Ambrosio Cervera y los carnets del Levante: un tesoro de los años cincuenta que nuestro protagonista exhibe con pasión. Era una credencial que simbolizaba sentido de pertenencia, compromiso y orgullo.

La copiosa información que esconden estos carnets

En cada pase figura el escudo del club, la temporada, el nombre del jugador, una fotografía, el sello del Levante. Las firmas del presidente y del secretario completan esta copiosa y valiosa información.

En este caso en concreto, es posible rastrear la rúbrica del presidente Antonio Román como mandatario. Este aspecto permite seguir el trazo institucional del club. Aquel Levante de mediados de los años cincuenta trataba de fijar su residencia al cosmos de la Segunda División para proyectarse hacia la elite. En los años anteriores había transitado a caballo entre la Segunda y Tercera División. Esa década el club dimensionó su patrimonio con la compra de Vallejo.

El valor de la cantera

Uno de esos carnets, fechado en la temporada 1956-57, recoge la condición de amateur de Ambrosio. Un dato que revela su pertenencia a la segunda escuadra de la instittución; el Malvarrosa por aquellas jornadas. Ambrosio Cervera accedió al universo levantinista desde el sótano de las categorías menores. En el interior de su alma granota soñaba con defender la camiseta y el escudo azulgrana en nobles batallas futbolísticas. Su historia es, en realidad, la historia de todos los jugadores que han pasado por los escalafones inferiores de la sociedad. El esfuerzo, la capacidad de superación, las emociones vertidas en cada entrenamiento conforman un paso guiado hacia un sueño.

Recuerdos de batallas ante Joseíto

Sus recuerdos son una joya viva. En su memoria se entrecruzan imágenes de los entrenamientos del curso 1959-60. Los recuerdos son nítidos y desprenden nostalgia. En aquellas sesiones, bajo el sol de Vallejo, se cruzó con Joseíto. No era un jugador secundario. Todo está perfectamente grabado. Joseíto recaló en el Levante en aquella campaña. En su currículum brillaban noches históricas con la camiseta del Real Madrid en la Copa de Europa. Aquel joven defensa no se amilanaba. Marcaba fuerte, con respeto, pero sin miedo.

“Cuidado nene”, recuerda Ambrosio que le decía Joseíto en el fragor de los entrenamientos.

Y Ambrosio seguía a sus cuitas. Había consideración hacia un atacante diferencial, pero nunca sumisión.